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Los jugadores que componen esta lista no están ordenados según un criterio de "ranking".
No aparecen aquellos que llegaron a sus respectivos clubes antes de 2014, a excepción de Pablo Lima, que firmó con Peñarol en los últimos días de 2013 para incorporarse un par de semanas más tarde.
Javier Chevantón: con una trayectoria extensa e intachable arribó a Liverpool con la misión de hacer goles y la expectativa de pelear arriba. Junto con él llegó el argentino Iván Moreno y Fabianesi, y el arranque fue alentador; 3-1 a Defensor Sporting de atrás y a domicilio en la primera fecha y 2-0 parcial ante Wanderers en el segundo tiempo con un gol del Cheva. Sin embargo, los bohemios empataron y los negriazules cerraron el Clausura con cuatro victorias en 15 partidos y el descenso. El nacido en Juan Lacaze hace 34 años jugó 10 partidos (ocho de titular), completó los 90 minutos tres veces y marcó tres tantos, pero por problemas físicos no jugó los últimos dos; frente a Peñarol en el Centenario y contra Cerro en Belvedere, cuando quedó decretado el descenso.
Ernesto Farías: se sumó a Danubio después de más de un año de inactividad, y se notó. A sus 34 años, el goleador argentino surgido en Estudiantes de La Plata y con destacados pasajes por Porto, Cruzeiro e Independiente se pareció más al que pasó sin pena ni gloria por el Palermo de Italia y el Cruzeiro de Brasil. Con la casaca franjeada tenía la responsabilidad de hacer olvidar los festejos transferidos de Jonatan Álvez, pero no pudo. En ocho partidos cosechó tantas tarjetas como goles, y los dos que hizo fueron de penal (uno por la Copa Sudamericana y otro por el Apertura). La expulsión del cotejo ante Rentistas lo dejó al margen dos fechas, y luego estuvo más afuera que adentro por lesiones.
Javier Toledo: su arribo a Peñarol se concretó para cumplir con la voluntad del entonces flamante entrenador, Jorge Fossati, quien pretendía un delantero corpulento, goleador y de área. Sus pergaminos no eran demasiado alentadores por el promedio de gol por minutos jugados, y con la casaca aurinegra confirmó lo poco que se esperaba de él. En la Libertadores jugó cuatro partidos y marcó un tanto al minuto de juego en el único donde completó los 90 en cancha, que fue derrota 4-1 ante Santos Laguna en México. Por el Clausura le metió uno de cabeza a Racing (terminó 1-1), entró dos veces desde el banco y arrancó otras cinco de titular, aunque siempre fue sustituido. A mitad de año partió al Lobos BUAP del ascenso mexicano, donde lleva un par de conquistas en 11 encuentros.
Rinaldo Cruzado: llegó a Nacional para convertirse en dueño del mediocampo, pero no conformó. Gerardo Pelusso pidió expresamente su contratación y remarcó que "es un cirujano", en referencia a su buena pegada. Sin embargo, el peruano parece haber sido uno de los que pagaron los platos rotos del 0-5 clásico junto al entrenador, y nunca más volvió a jugar. Álvaro Gutiérrez entendió que el incaico no metía y perdía muchos balones, y al no conseguir equipo a mitad de año se quedó entrenando en Los Céspedes hasta fin de año. Al vencer el vínculo con los tricolores acordó su llegada a Universidad César Vallejo de Perú luego de 16 partidos y un gol entre la Libertadores y el Campeonato Uruguayo en 2014.
Pablo Lima: firmó con Peñarol por dos años a fines de 2013 para debutar en 2014. Se lo esperaba como una solución en el lateral izquierdo, ya que llegaba de ser referente, figura y héroe del Danubio campeón del Apertura 2013, que se consagró en la última fecha gracias a uno de sus tantos tiros libres al ángulo. Sin embargo, con la casaca aurinegra le costó. La línea de cuatro de Gonçalves duró apenas un puñado de partidos de verano y llegó Fossati con sus stoppers y carrileros, por lo que el Bolita no encontró su lugar en el equipo. En total jugó nueve partidos oficiales, no anotó goles y cosechó tres amonestaciones.
Juan Manuel Olivera: ya sin Toledo, Fossati volvió a insistir en la necesidad de contar con un ariete que aportara centímetros, juego aéreo y gol. Se hizo la gestión para el retorno de Olivera, quien estaba condenado a la suplencia en Estudiantes de La Plata, pero el destino que este semestre le tenía preparado no cambió. En su tercer pasaje por el club no se pareció en nada a aquel implacable goleador de la Libertadores 2011 ni al del título del Apertura 2012 con el Polilla Da Silva como técnico. Por la Sudamericana fue titular una vez, ingresó desde el banco otras cuatro y le marcó de penal a Jorge Wilstermann con la serie liquidada, y por el Apertura hizo el gol para empatarle a El Tanque Sisley una de las dos veces que completó los 90 minutos. Además ingresó en otros cuatro cotejos.
Joaquín Boghossian: la aceptación que tuvo de parte del grupo de jugadores que componen el plantel de Defensor Sporting tiene poco que ver con lo que piensan los hinchas violetas. Llegó proveniente de Quilmes después de quedar libre para afrontar el tramo final de la Copa Libertadores y el Apertura en el segundo semestre. Sus posibles goles generaban expectativa, pero no pudo marcar en los 27 minutos que jugó ante Nacional de Asunción (23 en Paraguay y cuatro en la revancha) y en el plano local apenas la mandó a guardar una (4-3 contra Fénix en el Capurro) de las cinco veces que jugó. Apenas en una ocasión completó los 90 minutos en cancha.
Horacio Peralta: hasta mitad de año jugó en Wanderers de Artigas, sin las exigencias ni presiones del fútbol profesional capitalino. En julio empezó a entrenar en Cerro convencido de que podía recuperar su nivel y consciente de los errores que en el pasado le habían impedido llegar a más. Sin embargo, el talentoso delantero de 32 años no pudo volver a ser aquel que prometía y pintaba para codearse con los mejores de Europa. Con la casaca albiceleste no fue titular en el Apertura e ingresó siete veces desde la banca, nunca más de 34 minutos. Su único gol fue en el minuto 94 de la derrota 3-1 a manos de Juventud.
José David Velásquez: con 24 años llegó a Nacional como un "proyecto" procedente del Victoria de su Honduras natal. En su currículum figuran partidos por los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y uno de las Eliminatorias mundialistas de la Concacaf, lo que hacía pensar en un buen zaguero. Sin embargo, no lo consideró así Álvaro Gutiérrez. Lo más cerca que estuvo de jugar fue en la Teresa Herrera, cuando al día siguiente de perder 3-0 con Deportivo La Coruña se perfilaba para ir desde el arranque ante Sporting de Lisboa. Pero el Guti optó por poner de zaguero a Arismendi, que había sido titular 24 horas antes. Cumplió 25 años en diciembre y en Uruguay todavía no estuvo ni siquiera en el banco de suplentes.
Jorge Fucile: su calidad es indiscutible, por lo que nadie dudó a la hora de catalogarlo como uno de los mejores fichajes de Nacional previo al Torneo Apertura. Sin embargo, una tendinitis rebelde de compleja evolución en su rodilla derecha hizo que viera más partidos desde la platea que dentro la cancha, o al menos desde el banco de suplentes. Quien fuera indiscutible en la Celeste de Tabárez en Sudáfrica 2010 arrancó notable en el 5-2 contra Defensor Sporting, salió en el minuto 89 y se fue ovacionado. Luego completó los 90 contra Sud América y en la tercera fecha se lesionó a la media hora de la derrota con El Tanque Sisley. Cuando estaba pronto para volver ante Fénix se resintió, y ya no volvió a jugar pese a que, según los médicos, "ya estaba bien". A diferencia de todos los demás que componen esta lista, todavía genera ilusión en los hinchas de su club.
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