Los clásicos del 2014

Apenas uno de los clásicos de 2014 fue uno más: el primero. Los tres posteriores que se disputaron tuvieron una repercusión muy superior a la habitual porque en cada uno de ellos sucedió algo fuera de lo común, sea durante o después del choque de los dos grandes del fútbol uruguayo dentro del campo de juego.

El 2014 clásico se abrió el sábado 11 de enero con un aburridísimo 0-0 (VER NOTA) por la Copa Bandes, que se resolvió por penales a favor de Nacional por 4-3. Los tricolores fueron superiores a un equipo aurinegro que sufrió la rápida expulsión de Luis Aguiar y que contó con el debut del peruano Paolo Hurtado, quien falló el penal decisivo. En filas tricolores faltaron algunos titulares como Scotti, Arismendi, Porta, Nacho González y Alonso.

Ocho días después de aquel triunfo albo por penales se vieron las caras por la Copa Antel (VER NOTA), y de no ser por el bochorno protagonizado por los futbolistas a 10 minutos del final, hubiera pasado a la historia como un clásico más. Alonso marcó el único gol de la noche a los 58’, capitalizando un claro penal de Lima sobre Porras, y más tarde un planchazo de Núñez sobre De los Santos generó una reacción desmedida de Scotti y el primer tumulto.

Segundos después de la primera chispa, cuando todo parecía calmarse, Estoyanoff reavivó el fuego agrediendo a Pablo Álvarez, y fue la hecatombe. Hubo golpes de los dos lados, corridas y un espectáculo tan patético como innecesario. ¿El resultado? Arismendi, Burián, Darwin Torres, el Morro García y Nacho González, por Nacional, y Estoyanoff, Núñez, Sandoval y Aguerre, por Peñarol, fueron procesados sin prisión e impedidos de acudir a los espectáculos deportivos por dos meses, lo que los dejó varios partidos afuera de los partidos del Clausura.

El que no lo vio como algo grave fue Gonçalves. El Tito, quien había asumido como interino tras la salida de Alonso en octubre de 2013 y luego quedó de forma definitiva para encarar el Clausura y la Libertadores 2014, aseguró que los futbolistas no merecían más que un “chas chas en la cola”. Por ese entonces aseguraba estar “armando el Peñarol campeón de América”, pero no pudo. El 22 de enero, dos días después del clásico, perdió con Olimpia de Paraguay y fue su última vez dirigiendo a los mirasoles. Damiani lo cesó y en su lugar llegó Fossati.

Justamente Fossati fue protagonista del 5-0 histórico del 27 de abril (VER NOTA), que terminó con las ilusiones de título de Nacional en el Clausura cuando todavía al torneo le quedaban tres fechas, y también acabó con el ciclo de Pelusso. A la peor campaña de la historia de Nacional en una fase de grupos se sumaba un resultado categórico que hizo que el entrenador no fuera ratificado en su cargo cuando lo puso a disposición de la dirigencia.

Claro que aquella humillación vivida por los albos dio paso al inicio del ciclo de Álvaro Gutiérrez, que metió al equipo en la Libertadores 2015 con tres victorias y se ganó la confianza para el Apertura. El resto de la historia está bastante más fresca en la memoria de bolsos y manyas.

El 9 de noviembre, Nacional llegaba al clásico con 11 puntos de ventaja sobre Peñarol y ganó 2-1 (VER NOTA) pese a empezar perdiendo por un penal de Pacheco, que cortó un invicto de 711 minutos de Munúa sin goles en contra. Sebastián Fernández empató a los 91’ con la mano y a los 94’ Recoba le puso el sello a un inolvidable año de clásicos con un tiro libre exquisito que determinó la primera remontada completada íntegramente en tiempo adicional. Aquella victoria fue más festejada que el título logrado una semana después en filas tricolores y marcó el fin del ciclo de Fossati en Peñarol.