Algunos jugadores de Boca llegaron lesionados, visiblemente enojados y afectados por las circunstancias que vivieron de camino al Monumental.

El ómnibus de Boca fue apedreado y también se vio afectado por gases lacrimógenos cuya procedencia todavía no está determinada. Hay versiones discordantes sobre si fueron los hinchas de River que lanzaron gases, o la policía que lo hizo para dispersar a la multitud de hinchas.

Entre otras lesiones reportadas se cuenta la de Pablo Pérez futbolista que fue trasladado a una clínica oftalmológica debido a que tuvo problemas en uno de sus ojos, aparentemente por astillas de un vidrio roto.

Los incidentes se dieron en Avenida Monroe esquina Libertador, a ocho cuadras del Monumental, luego de que los jugadores fueran despedidos por los hinchas xeneizes con ambiente de fiesta del hotel donde concentraron.