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Fútbol Internacional
Los caminos de la vida #28

La vida de Franco Correa, el ex-Peñarol que juega en un país que “no sabía ni que existía”

Se formó en Peñarol, vivió en “una ciudad de oro” durante dos meses y ahora disfruta de Albania, donde “estás en la sombra y te congelás”.

25.12.2025 09:00

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2025-12-25T09:00:00-03:00
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Por Gonzalo de León

Si buscás Albania en internet, de las primeras cosas que te salen son sitios turísticos. ¿Por qué? Porque este país, considerablemente más chico y menos poblado que Uruguay, es una joya escondida de la zona de los Balcanes europeos.

Tiene playas paradisíacas que son mucho menos visitadas que las de sus países vecinos como Croacia o, sobre todo, Grecia. Pero uno de los puntos que juega más a favor de Albania es su bajo costo de vida, con precios por debajo de la media de los otros países.

A todo eso se le agrega la hospitalidad de su población, algo destacado por el protagonista de la historia de hoy: Franco Correa.

Este futbolista, nacido hace 21 años en la ciudad de Salto, se encuentra jugando en el fútbol albanés, pero para llegar hasta allá tuvo un recorrido muy meritorio.

Empezó a jugar al fútbol a los cuatro años y durante su infancia defendió las camisetas salteñas de Deportivo Artigas, Cerro y Universitario, hasta que a los 13 partió rumbo a la capital para integrarse a las divisiones formativas de Peñarol.

“Fui solo a la residencia. No se extrañaba mucho, en mi caso, pero sí un poco más cuando fui creciendo y entendiendo”, recordó en diálogo con FútbolUy.

Franco Correa jugando para la selección uruguaya sub-15. Foto: Instagram @francorrea.10

Franco Correa jugando para la selección uruguaya sub-15. Foto: Instagram @francorrea.10

En el Carbonero estuvo desde Séptima hasta Tercera División, pero en su segundo año en esta última categoría rescindió porque jugó solamente 45 minutos en seis meses. Y es así como a los 20 años retornó a su Salto natal, pero ahora para jugar en el fútbol de AUF.

Lo contrató Salto FC, de la Primera División Amateur: “Estaba en mi pueblo, en mi casa. Fue la decisión correcta”.

“Pensaba que se jugaba fuerte [en la C], pero no pensaba que era tan fuerte. Se corre, se presiona y se juega brusco porque se está jugando el ascenso al profesionalismo y la plata del mes a mes”, explicó.

A fines de 2024 le surgió la posibilidad, junto a un compañero, de ir a Al-Wasl de Emiratos Árabes Unidos para hacer una prueba, pero “por temas de papeleo no se pudo dar de quedar”.

Con respecto a cómo se dio esa chance, contó: “Me uní [a Salto FC] cuando estaban finalizando unos amistosos en Montevideo y los inversores fueron a la concentración y comentaron eso”. “Fuimos para sub-21 y sub-23. Los dos técnicos nos querían, pero teníamos contrato y para hacer el pase tendría que haber sido en el período de pases”, ahondó.

Dubái, donde vivieron por esos dos meses, “es una ciudad de oro”: “Es todo lujo, muy avanzado”. Tras eso, Franco volvió a Salto FC y, luego de quedar afuera en la primera fase de la C, jugó en Ceibal, de la liga salteña.

Salto de calidad

Pero llegó octubre de 2025 y la vida le cambió. Pablo Bernasconi, “un amigo de la familia”, y Walter Invernizzi le comentaron que había un equipo en Albania que estaba interesado en él tras “haber visto la Libertadores Sub-20” —con Peñarol en 2023, en la que hizo un gol y dio dos asistencias en cinco partidos— y que hizo inferiores en la selección de Uruguay sub-15.

Ese club, donde Invernizzi “tiene un allegado”, era el KF Vllaznia, que pelea en la parte alta de la Primera División. “No sabía ni dónde quedaba; no sabía ni que existía, tampoco. Enseguida me puse a buscar”, dijo sobre Albania.

“Me preguntaron si me animaba porque era todo diferente”, indicó, y aseguró que aceptó la propuesta “por tener la oportunidad de salir al extranjero y jugar profesionalmente”.

Sobre la reacción de su familia, relató: “Lo primero fue tipo ‘pah, ¿te vas a ir otra vez?’. Hubo dudas, pero siempre me dijeron ‘no lo hagas por nosotros ni por nadie: hacelo por vos’. Esas palabras me marcaron, me dejaron claro que no me tenía que sentir obligado a venir”.

“Iba a venir para Primera División, pero me lo comentaron sobre la hora y se acabó el período de pases. Entonces tuve que venir al equipo B”, comentó, y afirmó que “los primeros días fueron difíciles; decía ‘¿qué hago acá?’. Hay días que se hacen largos y uno extraña. El primer mes fue el más duro”.

Franco Correa jugando para KF Vllaznia de Albania. Foto: Instagram @francorrea.10

Franco Correa jugando para KF Vllaznia de Albania. Foto: Instagram @francorrea.10

“El idioma es fatal. El técnico es como un uruguayo, pero albanés. Se complica entenderlo porque no habla inglés, solo albanés. Un compañero lo traduce al inglés”, contó, pero destacó: “La gente es buena y servicial”.

Al referirse al país, señaló: “Hace un frío… estás en la sombra y te congelás”. A las 16:30 cae el sol y a las 17:00 está “prácticamente oscuro”. “La ciudad es movida, con muchos vehículos, pero llega una hora que no anda nadie”, expresó.

En su equipo, “los entrenamientos son con mucha pelota y reducidos”. “Desde que vine, no he hecho fútbol interno con cancha completa”, indicó, y señaló que el fútbol albanés “es intenso; usan línea de cinco con dos carrileros que corren una barbaridad; no hay espacios para descansar”.

“Tácticamente se juega similar” a Uruguay, pero, además, “se juega fuerte, se pegan patadas”. A los estadios “va bastante gente” y los hinchas “son pasionales, cagan a puteadas a todos; prácticamente te escupen puteando”.

Por último, Franco cerró recomendando la liga de Albania a los uruguayos, pero con una aclaración: “Si vienen solos, como yo, la van a pasar un poco mal. Si vienen con un compañero, es una experiencia linda”.

Por Gonzalo de León