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El hombre de la nieve

La historia de Gabriel Hottegindre, uruguayo que compitió en Juegos Olímpicos de Invierno

"Fue algo increíble que nunca me voy a olvidar en mi vida", contó desde Suiza Hottegindre que nos representó en el slalom de Nagano 1998.

04.02.2022 16:42

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2022-02-04T16:42:00-03:00
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Beijing vive actualmente una de las fiestas mundiales del deporte con la realización de los Juegos Olímpicos de Invierno, una cita que parece lejana a nuestro país, pero que tuvo un momento de contacto que marcó la historia.

Fue en Nagano 1998, cuando Gabriel Hottegindre representó a nuestro país en el slalom del esquí alpino donde fue el más joven de la prueba con tan solo 18 años de edad, algo que aseguró: "es un mojón inolvidable de mi vida".

Hottegindre, de madre uruguaya y padre francés, vive en Chamonix-Mont-Blanc, donde es profesor de esquí, la gran pasión de su vida que nunca abandonó.

En charla con FútbolUy, el ex olímpico nos contó su historia que terminó con la única participación celeste (finalizó en el puesto 24 de 31 que lograron terminar la prueba. 65 compitieron en total), en la gran cita de invierno.

“Mi madre es uruguaya (de Maldonado), pero mi padre es de los Alpes franceses, cerca de Chamonix”, comenzó narrando y mencionó: “allí los niños aprenden a esquiar a los 3 o 4 años de edad y mi papá era un apasionado de este deporte. A los dos años ya me llevaba muchas horas a practicarlo y sabía esquiar sobre pistas que no eran para debutantes. A los seis o siete me inscribí en el equipo local del pueblo y a partir de ahí empecé a competir”.

Ya volcado al alto rendimiento, Hottegindre, soñó con llegar a la máxima cita de este deporte, es decir, los Juegos Olímpicos de Invierno.

“El presidente del Comité Olímpico Uruguayo era Julio César Maglione y cuando, con mi padre, barajamos la posibilidad de llegar a esta cita, él quiso reunirse con nosotros. Quería saber si mi participación era seria o no, porque no quería enviar a alguien representando al país para que todo el mundo se riera, algo que me pareció sensato”, recordó.

“En aquel entonces tenía 18 años y le dije la verdad: ‘no tengo ninguna posibilidad de medallas soy demasiado joven. Estoy más o menos entre los top 15 de los sub-20 en Francia’.

"Le comenté que estaba rankeado 500 a nivel mundial en slalom. Él hizo la comparación con un tenista uruguayo que estaba rankeado como yo en ese momento y ahí decidió en forma afirmativa porque entendió que era profesional”, rememoró la charla con el hasta hoy presidente del COU.

El camino

Con el visto bueno y el cupo en el bolsillo, nuestro compatriota partió rumbo a Nagano, un hecho inédito y que hasta el día de hoy ningún otro uruguayo pudo repetir.

“Viajé con mi entrenador, un polaco de 60 años que ganó una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Saporo en 1972”, recordó y siguió contando: “Maglione me pidió que participará de la ceremonia de apertura (el slalom era el último día) así que me pasé dos semanas allá. Aprendí el himno uruguayo en el avión, es divino. ‘Orientales la patria o la tumba, libertad o con gloria morir’, aún me acuerdo del principio”.

Y obviamente desfiló como abanderado de la delegación en la ceremonia inaugural: “fue un poco raro para mí ya que no estaba nada acostumbrado y creo que no me di cuenta que había un estadio lleno. Me hizo gracia que desfilaba justo adelante del equipo más grande, Estados Unidos”.

Lo deportivo

“Viví los Juegos sin presión porque sabía que no tenía posibilidad de medallas, tenía más en alguna competencia sub-20 que compitiera antes o después”, dijo rememorando su participación: “me pasaba el tiempo entrenando y contaba con una ‘attache’ local que a veces me daba entradas para mirar el hockey sobre hielo”.

Y así llegó el 28 de febrero de 1998, día en el cual Hottegindre tuvo su histórica puesta en escena: “me sentí muy cómodo porque era algo que conocía. Las pistas de adultos son de hielo, por lo cual durante la noche ponen agua y agua para que se haga con el frío. Es muy distinto de las pistas donde esquía la gente en vacaciones o las carreras sub-20”.

“Me fue bastante bien en la carrera, era mucho más larga que las de sub-20, cansaba mucho y sobre el hielo todavía más, pero me fue bien. Termine en el puesto 24, pero eso quizás no dice mucho, más que un resultado”.

Luego de Nagano, el uruguayo decidió competir en la temporada de 1999 la cual definió como “la mejor de todas en mi carrera” y después decidió dar un paso al costado.

“Una noche me di cuenta que no tenía lo necesario para la competición en un deporte individual de esta exigencia y por ende nunca iba a llegar donde quería. Al día siguiente no fui al entrenamiento y dejé completamente”, confesó.

“Nunca lamenté esta decisión porque estoy seguro que tenía razón. Estoy muy contento de haber conocido el deporte de alto nivel porque te enseña a poner mucha voluntad en algo y de haber tenido la experiencia de Nagano también”, cerró diciendo.

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