Algunos futbolistas del Flamengo se tatuaron el trofeo de la Copa Libertadores días después de haberle ganado la final a River Plate por 2-1 en el estadio Monumental de Lima. El escenario del Universitario quedó grabado para siempre en el muslo derecho de Gabigol, autor de los dos tantos rubronegros, junto a la copa.

Otro que inmortalizó el logro fue Giorgian de Arrascaeta. El uruguayo optó por el muslo izquierdo para un buen dibujo del trofeo más preciado del continente a nivel de clubes y le agregó la frase “la gloria eterna”, con la fecha en que se disputó la final.

Rafinha eligió el bíceps izquierdo y Rodinei la pantorrilla izquierda.