Juegos Panamericanos Júnior: Ese mágico momento de Uruguay, el desfile inaugural

Enviado desde Asunción

Son cinco minutos, una ráfaga de emociones que te atraviesa, una simpleza tan grande que se transforma en inolvidable, un desfile inaugural que para aquellos que lo viven quedará marcado para siempre´.

Es el grito emocionante de Uruguay en la previa, la unión de pibes de hasta 23 años que se entrelazan unidos para recorrer algo más de cien metros, muy poco quizás desde los fríos números, pero tan grande en su simbología que atraviesa todo.

Por ese camino transitaron más de unas cincuenta almas celestes, las que ya están en Asunción, de una delegación de 121 deportistas de 21 deportes.

Una jornada que comenzó con la foto oficial antes de salir al Defensores del Chaco, un escenario que esperaba majestuoso y repleto para una ceremonia inaugural de un país que apuesta decididamente al deporte.

Más de una hora de espera con la emoción, ansiedad y responsabilidad de una delegación encabezada por Diego Aranda (natación) y Julieta González (skate), que custodiaron con orgullo el pabellón patrio toda la jornada.

“Uruguay, a formarse”, fue el llamado de Rodolfo Collazo, jefe de misión y tres veces olímpico, acompañado de la subjefa, Inés Remersaro, dos veces olímpica, que guían desde su experiencia y vivencias a la nueva generación del deporte uruguayo.

Y así comenzó la caminata rumbo al portón de acceso al estadio, con saludos del pueblo paraguayo, que homenajeó al deporte y sus protagonistas, una sensación difícil de explicar.

“Adelante Uruguay”, fue el mensaje de los organizadores y las luces del Defensores del Chaco recibieron con música y una ovación cerrada a todos y cada uno de los deportistas.

“Locuras contigo”, de Rombai sonaba mientras los celestes, sonrisa de por medio, devolvían con saludos un agasajo merecido, marcando el punto de partida de 14 días de deporte a pleno.

Abrazos, celulares filmando, fotos, lágrimas entremezcladas, emoción y cinco minutos, tan solo cinco minutos, una ráfaga de emociones que te atraviesa con una simpleza tan grande que se transforma en inolvidable.

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