Juan Moreno: el cruce con Arezo, su curioso apodo y el jugador de Peñarol que lo felicitó

Juan Moreno, arquero de Miramar Misiones, fue la gran figura del empate 2-2 entre el elenco cebrita y Peñarol este sábado en el estadio Silvestre Landoni de Durazno, donde tuvo varias atajadas para sostener la igualdad en un partido en el que su equipo llegó a estar ganando 2-0.

Respecto a las “sensaciones” tras el empate, el golero colombiano destacó que su equipo consiguió “un punto que no es malo”. Sin embargo, reconoció: “Si dos días antes me preguntabas si firmaba un empate con Peñarol, te lo firmaba a ojos cerrados, pero quedó el sinsabor de que podíamos haber dado el golpe en la mesa”.

“El equipo terminó bien anímicamente porque nos vamos con un punto que no es malo”, dijo en Polideportivo de Canal 12, y afirmó: “Lo importante era mantener la calma. Sabíamos que había que jugar con la desesperación de ellos, que estaban un poco incómodos, no sé si por la cancha o el calor”.

Y contó cómo fue su cruce con Matías Arezo, que derivó en la amonestación que le mostró Hernán Heras: “Después del foul, cuando yo estaba en el piso, Arezo me dijo algunas cositas que me molestaron y no me gustaron, como yo también, pero son cosas del partido. Al final hablamos, nos saludamos y todo quedó ahí. El árbitro pensó que estaba simulando y estaba haciendo tiempo, y por eso me sacó una amarilla. A Arezo le dije que lo admiraba un montón. Brayan Cortés me felicitó”.

Con relación a su llegada a Miramar, afirmó: “El primer contacto fue con Nicolás Vikonis, un gran amigo mío. Él, Horacio Peralta, Nacho Yépez y el Chino Lasalvia se contactaron conmigo porque les había gustado mi material. Estaba en Argentina porque sabía que iba a llegar algo”.

“Yo era delantero. De chico me gustaba hacer goles. Pero un día faltaba un arquero y, como yo soy muy alto, marcaba la diferencia. Ahí dije: ‘Esta es mi posición’. Pero, a veces, también me gusta hacer goles en los informales”, expuso, refiriéndose a su pasado en baby fútbol.

“Tengo dos nenas y un bebé recién nacido, pero ya cerré la fábrica”, contó, y se refirió al apodo que le puso un compañero debido a su corte de pelo: “Cuando me teñí de rubio, Silvio López me dijo que parecía un fernet, y ahí surgió el apodo”.

Por último, habló sobre la experiencia de haber sido dirigido por Miguel Ángel Russo: “Soy un completo agradecido con él. Tengo recuerdos muy bonitos. En la primera charla que tuve, me dijo: ‘Te vamos a subir a Primera, vas a tener un contrato y lo primero que quiero que hagas es ayudar a tu familia. Son entrenadores que te marcan. Le debo un montón”.