La futbolista Jennifer Hermoso, campeona del mundo, afirmó, tras declarar ante el juez de la Audiencia Nacional que investiga al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por una presunta agresión sexual y coacciones, que “ya todo queda en manos de la Justicia” y que se siente “fuerte”.

La jugadora acudió este martes a la Audiencia Nacional para declarar ante el magistrado que investiga a Rubiales, inhabilitado por la FIFA, por un delito de agresión sexual y otro de coacciones por lo sucedido tras la victoria en el Mundial de la selección española el pasado 20 de agosto, donde le dio un beso en la boca y luego presuntamente él y su entorno la presionaron.

Jenni Hermoso ratificó su versión de los hechos durante una declaración que duró más de dos horas y tras la que atendió brevemente a la prensa, afirmando que “ha ido todo bien” y “ya todo queda en manos de la Justicia”.

“Solo quería desearos un feliz año [...], que os vaya bien a todos y muchas gracias por el apoyo que habéis tenido conmigo”, añadió en respuesta a los periodistas, a quienes dijo sentirse “muy bien” y “fuerte”.

Consultada por el contenido de la declaración, la futbolista, acompañada por sus asesores letrados, se limitó a decir que fue “larga” y recordó que “el proceso seguirá su curso”.

Como se esperaba y en la línea con la declaración que prestó ante la Fiscalía, la jugadora ratificó su versión, lo que supone una diligencia clave en el marco de la causa que ya encaró su recta final en la Audiencia Nacional.

Según apuntaron fuentes jurídicas, Hermoso afirmó que el beso “fue inesperado y en ningún momento consentido” y que después, tanto en el vuelo de vuelta a España como en su estancia en Ibiza, los investigados la “atosigaron” de forma constante, lo que le “alteró la vida normal” y le produjo “una situación de desasosiego y tristeza”.

EFE / FútbolUy