Torino vivió su tarde más feliz de los últimos 20 años. El 9 de abril de 1995 había ganado un clásico por última vez el equipo más popular de Turín, que luego debió soportar una racha de 17 encuentros sin poder ganarle a la Juventus, 12 de los cuales fueron derrotas. De esos encuentros perdidos, los últimos siete fueron consecutivos.

La paternidad clásica de la Juve se hizo difícil de tolerar, pero tanto tiempo de espera tuvo su recompensa este domingo, justo en la tarde que la Vecchia Signora podía dar la vuelta olímpica en el estadio Olímpico de Turín. No obstante, para ello necesitaba ganar y que perdiera la Lazio con Chievo, pero empató.

El encuentro empezó bien para el equipo que busca su cuarto scudetto consecutivo, ya que Andrea Pirlo abrió el score a los 35’ con un exquisito tiro libre que pasó la barrera, se estrelló en el travesaño y picó dentro del arco. Golazo para el elenco de Massimiliano Allegri, que ya piensa más en la semifinal de la Champions League ante el Real Madrid que en un torneo local que tiene prácticamente asegurado.

El Torino fue al frente y empató a los 45’ gracias al lateral Matteo Darmian, quien apareció por la izquierda para recibir un centro cruzado de Quagliarella, quiso parar el balón y se le fue largo, y aun así siguió a la carrera y convirtió ante la salida de Buffon.

El gol de la remontada cayó a los 12’ de la etapa complementaria. El marroquí El Kaddouri abrió por izquierda para el desborde de Darmian y éste metió un buscapié al medio del área chica que encontró el ingreso goleador de Quagliarella, quien cumplió la ley del ex para desatar la locura de los fanáticos del Torino.

Con Álvaro González ausente por lesión y las presencias uruguayas de Salvador Ichazo y Gastón Silva en el banco de suplentes, Torino aguantó el resultado con tanta garra como fortuna. Dos pelotas en los palos y buenas intervenciones del arquero Daniele Padelli le permitieron al conjunto de Giampiero Quagliarella sostener un 2-1 histórico.

Posiciones, fixture y resultados

Montevideo Portal