Roma atraviesa un momento inmejorable en su inicio de temporada en la Serie A de Italia. Sin competiciones europeas que desvíen su atención, el equipo al que dirige el francés Rudi García se marcó como objetivo pelear bien arriba en un torneo donde los cucos brillan por su ausencia, y a juzgar por sus resultados del arranque mete miedo.

Tras vencer a Livorno 2-0 de visita, a Hellas Verona 3-0 en el Olímpico, a Parma 3-1 a domicilio, a Lazio 2-0 en el derbi y a Samdoria 2-0 en Génova, el elenco capitaneado por Francesco Totti no tuvo piedad del Bologna y lo aplastó por 4-0 como local, por lo que llegó a 18 puntos ganados sobre 18 disputados con un registro de 17 goles convertidos y apenas uno recibido.

A los 8’ Pjanic ejecutó un tiro libre, el arquero Curci rechazó hacia el medio y Florenzi marcó de cabeza en el rebote, como para empezar una noche tranquila. Entre los tres de arriba (Florenzi, Totti y Gervinho) fabricaron el 2-0 de contragolpe, obra del marfileño Gervinho, y el defensor marroquí Mehdi Benatia aumentó a los 25’ con un zurdazo de aire tras un tiro de esquina ejecutado por Totti desde la derecha.

El 3-0 al descanso era justificado. Corrían 25 minutos y el partido ya estaba liquidado, por lo que el Bologna fue un mero espectador de la superioridad romanista. Diego Laxalt lo sufrió durante los 90 y Diego Pérez fue sustituido al cabo de la primera mitad por el griego Lazarons Christodoulopoulos, en un intento estéril de darle una vocación más ofensiva a una alineación que no pudo ser rival ni estar a la altura en ningún momento.

En el segundo tiempo Gervinho puso el cuarto de contragolpe sobre los 16’ y el serbio Ljajic cerró la goleada a cinco minutos del epílogo con una exquisita definición ante la salida del arquero, quien a esa altura jugaba prácticamente solo contra una delantera que hasta le hizo precio a la débil defensa del Bologna. En definitiva, el score reflejó la diferencia real entre el primero, que lleva 18 puntos, y el Bologna, 18º sin victorias y con tres unidades.

Montevideo Portal