Los errores arbitrales son moneda corriente en el fútbol y hay que aprender a convivir con ellos, pero algunos superan la línea de lo tolerable. Tal fue el caso del neocelandés Nicholas Waldron, quien omitió una clara mano del futbolista Terry Antonis en la victoria del Sydney australiano por 3-1 sobre el West Ham United.

En un nuevo amistoso de la gira de los ingleses por Nueva Zelanda, los de Oceanía ganaban 2-1 a los 64 minutos, cuando cayó el tercero. Antonis tocó el balón con su mano de forma burda, pero el juez dejó seguir. Ante la incredulidad de los británicos, quienes hasta detuvieron su carrera pensando que la infracción sería sancionada, la jugada siguió y Corey Gameiro metió el tercero.

De poco sirvieron las protestas de los hombres del West Ham, que en lo que va de su pretemporada jugaron cuatro partidos y aun no ganaron: empataron dos y perdieron los otros dos.