Los hinchas de dos equipos londinenses de fútbol se dieron cita a pelear en un evento organizado 10 contra 10. Los hooligans debían ser juveniles, menores de 22 años, y el enfrentamiento contaba incluso con árbitros para impartir orden.

En ningún momento del montaje, que rápidamente se viralizó, se utilizan armas para herir a los contrincantes. Al final de la pelea, los hinchas de Millwall y Brentford se dan la mano para despedirse y se retiran. El combate duró tres minutos y finalizó en empate.

Los hinchas de Millwall, que actualmente juega en la segunda división inglesa, ganaron notoriedad luego del estreno de la película Green Street Hooligans, en la que hinchas del West Ham se enfrentaban contra los hooligans de ese club