Fútbol playa: Alejandro Guerrero, el chofer de Uber que eliminó al campeón del mundo

Alejandro Guerrero fue el héroe uruguayo en la victoria 7-6 sobre Portugal para clasificar a los cuartos de final del Mundial de fútbol playa. En zona mixta habló para el portal oficial de la FIFA y volvió a hacer gala de su humildad, esa misma que lo llevó a estar en cada una de las prácticas del duro invierno montevideano en la preparación previa al viaje a Rusia.

“No me siento así, los héroes acá somos todos. Nos sacrificamos mucho, tuvimos muchas dificultades por la pandemia, y esto es de todos. Yo sólo hago mi trabajo, que es atajar”, contó el guardameta de 34 años, quien reconoció que el séptimo tanto anotado a los últimos campeones del mundo de tiro libre fue “una casualidad”.

“Cuando me queda una falta ahí, generalmente juego corto, para que un compañero llegue. Pero vino Gastón Laduche y me dijo: ‘Pegale que pique antes para complicarlo’. Y así fue: le picó antes, se desvió y entró”, añadió el dos veces mundialista con la Celeste. En la edición de Paraguay 2019 hizo su estreno, apenas tres años después de pasar del pasto a la arena.

De River Plate a OFI, y de OFI a la selección de playa

En 2006 quedó libre de River Plate y empezó un periplo que incluyó pasajes por Uruguay Montevideo (2006-08) y Villa Española (2008-10) en el fútbol capitalino. Luego jugó en Oriental de La Paz entre 2010 y 2012, año en el que pasó al fútbol de OFI.

Defendió a Nacional de Castillos, Barrio Rivera 33 de Maldonado, Pompeya de Tarariras, River Plate de Rocha y San Bautista Vida Nueva de Tala, su último equipo de fútbol 11 en 2017. En ese año recaló en River Plate fútbol playa (que ya no existe más) y empezó una carrera en la arena hasta ser el guardameta más importante del medio local.

“Jugaba en el interior, me invitaron a probar el fútbol playa y me gustó”, recordó. “No es fácil conseguir jugadores que hagan ese cambio. En Uruguay la actividad aún es a pulmón, tenés que hacer sacrificios para estar. Del deporte, salvo dos que juegan en Europa, no vive nadie”, explicó Guerrero, quien en 2018 se coronó campeón uruguayo con Bella Vista.

Un permiso especial para jugar y UBER para vivir

En 2020 fue víctima de una medida que benefició al deporte pero a él lo perjudicó; se limitó el cupo de jugadores de selección por equipo a un máximo de dos, con el objetivo de que no estuvieran siempre los mismos en dos o tres cuadros cuyo nivel solía estar bastante por encima del resto.

Con ese cambio reglamentario se benefició el fútbol playa uruguayo, mejoró la competencia y aumentó la base de jugadores elegibles, pero a Guerrero le dificultó seguir entre los de arriba. De hecho, no tenía club porque la mayoría optaron por usar esos cupos en jugadores de campo y hubo que pedir una prórroga especial para que Rampla Juniors lo inscribiera fuera de plazo. El resto de los clubes accedieron y pudo participar.

Sigue jugando por amor al deporte, claro está. Los jugadores recibieron un viático de 200 pesos por cada día que entrenaron previo al Mundial, y aumentó a $ 500 a partir de agosto por el viaje. “Yo soy chofer de UBER, lo que me permite generarme el espacio para ir a las prácticas y a los torneos. Pero otros dejan de estudiar o piden licencias laborales para hacerlo”, contó.

“La AUF está creciendo, el desarrollo se nota y hay apoyo. Espero que en breve tengamos una cancha para entrenar, aunque la pandemia dificultó todo. También hace falta que los clubes se animen y apunten más al fútbol playa, a ver si la próxima generación puede vivir de esto”, señaló Guerrero.

Ganarle a cualquiera o perder con cualquiera

Sobre lo que se viene en el Mundial, que es el choque de cuartos de final del jueves a las 10:30 horas frente a Suiza, fue claro: “Nosotros nunca llegamos como candidatos, pero ya estamos metidos ahí. Sabemos que Suiza será tan o más difícil que Portugal. Por algo le ganó a Brasil”.

“Agarramos confianza, sobre todo después del golpe que nos dio Senegal (1-6). Pero Uruguay es así, muchas veces juega a la altura del rival”, señaló Guerrero, y los hechos le dan la razón. Así como Uruguay venció 7-6 al último campeón del mundo, el mes pasado le ganó en alargue con un tanto en el último segundo a Bolivia, la peor de las selecciones sudamericanas.

“Nos ha tocado perder contra equipos que no están en los planes que nos ganen, y ganarles a equipos que, en lo táctico y en lo técnico, son superiores a nosotros. Con la ‘garra charrúa’ nos ponemos a la altura de las circunstancias. Esta vez será lo mismo”, concluyó.