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Francescoli: El presente de Cavani en Boca y el recuerdo al Mundial de Italia 1990

“Terminé esa cita con Uruguay con dos kilos menos, o sea, mal físicamente”, recordó el talentoso volante de la Celeste que dirigía Tabárez.

11.09.2025 19:30

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2025-09-11T19:30:00-03:00
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Enzo Francescoli, leyenda del fútbol uruguayo y River Plate de Argentina, se refirió al presente de Edinson Cavani, del que destacó su enorme carrera. Para eso, recordó un momento que protagonizó en el Mundial de Italia 1990 al mando de Óscar Washington Tabárez.

“Ahora no tengo diálogo con él, pero lo vi hace mucho en París, cuando jugaba en PSG. Me parece un pibe increíble, aunque después no tuve un ida y vuelta. Es normal que pase esto [críticas] con un jugador al que por ahí no se le dieron las cosas que él hubiera pensado”, comenzó diciendo al hablar del Matador y su presente en Boca Juniors, pero agregó: “Eso no opaca todo lo que él ha sido ni va a opacar su carrera”.

“Son momentos; los jugadores tenemos momentos en los que no sabés por qué todo funciona, y momentos en los que no sabés por qué no funciona, porque comés lo mismo, hacés las mismas cosas, pero no sale”, afirmó entrevistado en ESPN de Argentina.

“Pedernera [otrora gloria del Millonario] me dijo algo hace mucho tiempo. Yo almorzaba en el club [River], porque en 1983 vivía solo, y él estaba con su staff de inferiores. Yo era muy de escuchar y un día que íbamos a jugar a Rosario me preguntó si viajaba y le dije que sí, que ojalá pudiera hacer un par de golcitos. Y me respondió: ‘No se equivoque, pibe. El jugador no juega bien cuando quiere, sino cuando puede o lo dejan’”, ejemplificó.

“En esa pequeña cosa me di cuenta de que hay que volver a empezar; si las cosas no salen es porque el otro es mejor y porque a veces tenés un mal día porque ponés el pie igual y la pelota te pasa por abajo”, señaló.

“Al Mundial de Italia de 1990 llegué fusilado porque había jugado mucho en Marsella, en la temporada 1989/1990 jugamos hasta semifinales de Champions”, mencionó, para seguir recordando: “Terminé ese Mundial con dos kilos menos, o sea, mal físicamente. Ahí me fui a Cagliari y primero tuve una lesión, y después saltaba como en mi mejor época, pero la pelota me pegaba en la cara. ‘¿Qué me está pasando?’, decía. Esto es fútbol”.

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