Falleció el jugador belga Gregory Mertens

Es un día muy triste para el fútbol. El defensor de 24 años del Sporting Lokeren de Bélgica y la selección juvenil de dicho país, Gregory Mertens, falleció tras tres días de lucha contra un infarto que sufrió el lunes en un partido amistoso ante su similar de Genk.

El jugador, que en el campo fue reanimado por los cuerpos médicos de ambos equipos, estaba en un coma inducido por los médicos. Estos intentaban salvarle la vida de la situación crítica que lo aquejaba tras el ataque del lunes, pero ellos mismos habían dicho que la situación era más que delicada.

Gregory, cuyo origen se dio en el Anderlecht pero jugó en el Brujas de 2011 al 2014 cuando pasó al Lokeren, murió a las 11:30 de Uruguay en el Hospital Limburgo de Genk, ubicado al Este del país europeo. Falleció rodeado por familiares y amigos, que lo acompañaron hasta sus últimos momentos.

Apenas oficializada la noticia, el Sporting Lokeren publicó es su página web una noticia despidiéndose del jugador. El título para la mención fue "Gregory Mertens se ha ido. La familia del Sporting está en duelo"; para después rezar debajo que "demasiado pronto fue que nos despedimos de Gregory".

El comunicado reflexiona después que "el fútbol no es nada más que eso: fútbol", en alusión a que hay peores cosas que perder un partido; y destacó la situación como "uno de esos momentos donde nos damos cuenta a la fuerza de ello".

Con un profundo dolor, la misma institución recordó a Mertens como "alguien indispensable para el club debido a la modestia y la humildad que lo caracterizaban" y que "extrañaremos su pérdida" además de un sentido "¡Gregory, te echaremos de menos!".

Sin ser menos, en el documento también se hizo mención a la familia del jugador, a la cual se le aclaró que "son momentos muy difíciles y les ofrecemos en nombre de todo el club nuestras sinceras condolencias; permanecemos en contacto con ustedes para ayudar en la medida de lo que se pueda".

Se fue un jugador, uno muy joven, y el mundo lo lamenta y lo llora. Fuera y dentro de las canchas, probablemente en alguna tribuna, Gregory seguirá gritando goles. Que en paz descanse.