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Fútbol uruguayo
Hablemos de gestión

Evaristo González: “Las promesas de jugadores o equipos técnicos desvirtúan el voto”

El líder de Espacio Siglo XXI expuso sus ideas de cara a las elecciones de Peñarol, con énfasis en “la excelencia y la profesionalización”.

09.11.2023 07:00

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2023-11-09T07:00:00-03:00
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Por José Luis Calvete

Evaristo González se presenta a las elecciones de Peñarol con la firme convicción de ganar la presidencia, en una puja que considera “un cabeza a cabeza con Ignacio Ruglio”. Fue secretario general entre 2018 y 2020 durante el mandato de Jorge Barrera y repitió cargo en el período 2021-23, hasta que renunció por diferencias con el actual presidente.

Hoy forma dupla con Guillermo Varela, un dirigente más “nuevo” que el resto en cuanto a antigüedad en el consejo directivo, al que entró en diciembre de 2020. Quien encabezó la lista 129 hace tres años, hoy se apunta como vicepresidente del líder de Espacio Siglo XXI, en una alianza que los posiciona a ambos como una fuerte opción a obtener el cargo máximo.

González define su propuesta como “distinta” y la considera una “opción de cambio”. “Somos, sin duda, un proyecto serio y profesional que apunta a la excelencia y a ganar en el fútbol. Hoy tenemos como objetivo ganar, que es con lo que Peñarol no ha cumplido, y participar dignamente en las copas internacionales”, explica.

“Somos la opción de conquistar el gobierno y estamos preparados, con un equipo de trabajo importante y un proyecto de fútbol muy fuerte. Nuestro programa de gobierno habla de una cantidad de transformaciones que necesita el club, especialmente el profesionalismo en el área deportiva, con una estructura muy fuerte y apuntando a cargos específicos con gente probada y mucho conocimiento de la tarea”, señaló.

Sin chantaje electoral: “Se eligen 11 directivos”, sin “promesas” que “desvirtúan el voto”

Las palabras “excelencia” y “profesionalización” se repitieron con insistencia en un diálogo que, siguiendo la línea de otras entrevistas que concedió en los últimos meses, siempre evitó el denominado chantaje electoral. Es el único candidato que no dio (ni filtró a la prensa) nombres de jugadores ni posibles entrenadores, más allá de mencionar en su acto de campaña perfiles como los de Maximiliano Rodríguez, Diego Milito o Felipe Ximenes para la dirección deportiva.

“El socio está eligiendo los 11 directivos que van a estar dirigiendo al club en los próximos tres años. Es importante tener en cuenta que las promesas de jugadores o equipos técnicos no hacen más que desvirtuar el voto. Ya se hizo anteriormente con un detrimento total para dos figuras tan importantes como las de Pablo Bengoechea y Diego Aguirre”, sostuvo, en referencia a la polarización de la elección de hace tres años entre Ruglio y Juan Pedro Damiani.

“El uso que se hace de figuras importantes, que ya son del club y de cada hincha, no debería hacerse con fines electorales. No estoy de acuerdo con esa actitud. Tengamos la certeza y la firmeza de usar la capacidad de cada uno explicando su programa y cómo va a dirigir al club. A los profesionales se los contrata, pero si las cosas no andan bien, es obligación cambiarlos”, argumentó, insistiendo en su visión empresarial: “Si en una empresa no te está yendo bien y no cambiás, te fundís”.

“Lo que hay que ver son los proyectos, los programas y la transparencia para el club. Hoy al socio lo que más le interesa, y lo comparto al 100%, es ganar en el fútbol. Hemos pasado tres años con un manejo deportivo muy malo cuyos resultados están a la vista, habiendo escrito la peor historia de Peñarol a nivel internacional. Ni siquiera hay una crítica fuerte hacia lo que se está haciendo”, lamentó.

El perfil del área deportiva, el coaching y las cuatro patas del desarrollo del jugador

Consultado por la función del gerente deportivo, explicó que está trabajando en dos figuras y sus perfiles: director deportivo y secretario deportivo. “El director deportivo debe tener un perfil a un nivel de club internacional. Necesitamos que esté a ese nivel y no estamos buscando solo en Uruguay. El secretario deportivo es un cargo mucho más en contacto con el plantel y con el conocimiento en Uruguay. Tiene que ver con el relacionamiento con otras instituciones, tanto para prestar un jugador como para traer, por ejemplo. Debe ser un hombre de fútbol que conozca muy bien el medio uruguayo y sus instituciones”, puntualizó.

Dentro de esa reestructura del área deportiva, detecta “un problema grave”, como “el departamento de salud mental, que no existe”. “Peñarol hoy no cuenta con un psicólogo deportivo ni con un coaching para trabajar a nivel individual con cada chico ni a nivel grupal como equipo”, comentó, e hizo énfasis en “el convencimiento total y mental de saber que vas a ganar”, un elemento que aporta “poder y una fuerza que va a diferenciarse del resto”.

“Hay cuatro patas en el desarrollo de un jugador. Una es su propia habilidad innata, que es muy importante y fundamental. Lo segundo es lo aprendido en los formativas y lo preparado que llegue en su posición, como la tarea que tiene que hacer en cancha y el conocimiento del juego a nivel de élite”, explicó.

“La tercera pata, y fundamental, es que un jugador debe ser un atleta. Jugadores que no puedan correr en su máxima expresión en el minuto 80, evidentemente no han tenido una buena preparación física. Hoy es la gran diferencia que veo entre el fútbol uruguayo y el internacional de categoría: se juega a otra velocidad y se toman decisiones a esa velocidad”, opinó González.

“La cuarta pata de esa mesa es la salud mental, el coaching. Que ese jugador sepa claramente su convencimiento de que puede ganar, y que si va perdiendo lo puede revertir. Debe estar convencido de sus capacidades y las del equipo en hacerlo. Hubo momentos en que Peñarol recibió goles y no tuvo la rebeldía ni la capacidad mental para afrontar ese revés y darlo vuelta. Hoy se ha visto una mejora en eso, pero es momentánea según el entrenador. Sin dudas debe ser institucional, manejada por un psicólogo deportivo y un coaching”, sostuvo.

Preguntas de hincha

Consultado por el hecho de hacerse hincha de Peñarol y quién tuvo más peso en esa decisión, no puede identificar a una persona porque “no había otra opción” en la casa de su Florida natal. “Después nos mudamos a Montevideo a los cinco años, cuando mi madre se divorció, y también éramos todos de Peñarol. Y después mi señora, mis suegros. A mis hijos les digo que van a poder elegir todo en la vida, pero el cuadro de fútbol tiene que ser Peñarol porque el domingo tenés que estar abrazado a la familia gritando ese gol”, comentó orgulloso.

Sobre el gol que más gritó, de inmediato hizo referencia al de Fernando Morena frente al Cobreloa para ganar la Copa Libertadores de 1982, con un agónico 1-0 en el estadio Nacional de Santiago, y agregó el que cinco años después le metió Diego Aguirre al América de Cali, en el mismo escenario, para imponerse también 1-0 y levantar la quinta corona continental.

No hubo dudas ni agregados respecto al jugador que más alegrías le regaló en sus 57 años de vida: “Mi único y gigante ídolo en Peñarol es Fernando Morena. Yo iba el fin de semana a ver el gol de Morena. Después iba al diario a buscar la foto de Fernando. La imagen de Morena con los brazos en alto y Rodolfo Rodríguez atrás era la sellada. Llegué a tener unas cuantas fotos y eran mi tesoro”, contó.

Respecto a un dirigente de referencia, nombró a tres expresidentes de la institución. “Gastón Güelfi y después vienen los demás, aunque no lo conocí. Leyendo la historia es muy importante. Sería justo poner también a Washington Cataldi y José Pedro Damiani”, dijo.

Por último, cuando se le preguntó qué es Peñarol para él, fue muy claro: “Una eterna pasión”. “Peñarol es la alegría del fin de semana y de la semana. Algo que me acompaña día a día, en cada momento. Algo que me identifica y que me ha dado momentos de locura, como ese abrazo con un conocido, un hermano o alguien que no conocés nunca. Es pura pasión”, concluyó.

Por José Luis Calvete