Josep María Bartomeu dejó de ser el presidente del Barcelona. El hasta hoy máximo dirigente culé, junto a la totalidad de su junta directiva, presentó la dimisión que tanto tiempo llevaban reclamando los hinchas y socios organizados, quienes juntaron firmas para una moción de censura.

El lunes anunció que no se le cruzaba por la cabeza renunciar pese a la presión que aumentó en los últimos meses, pero pocas horas después convocó a una reunión extraordinaria de la junta directiva para tratar el asunto, dado que el escenario era cada vez más complejo.

La Generalitat de Catalunya consideró que no había impedimentos jurídicos ni sanitarios para celebrar el voto de censura propuesto por los socios, y que por estatuto debe ser a más tardar el próximo lunes. Desde el club se intentó estirar el referéndum por razones sanitarias, argumentando que la idea era abrir más centros de votación para evitar aglomeraciones en el Camp Nou.

Antes de someterse a un referéndum cuyo resultado parece cantado, Bartomeu optó por dar un paso al costado y cerrar un ciclo que inició en enero de 2014, cuando sustituyó a Sandro Rosell. Posteriormente fue elegido a mediados de 2015.