Corrían 41 minutos del partido entre Getafe y Barcelona en el Coliseum Alfonso Pérez cuando el equipo visitante se quedó con 10 hombres por una cobarde agresión de una de sus piezas de ataque sobre un defensor adversario.

El brasileño Raphinha, amonestado a los 38’ por un entredicho con Carles Aleñá después de ser derribado sin pelota, le pegó un codazo sin balón al uruguayo Gastón Álvarez, lateral izquierdo del equipo azulón.

El entrenador José Bordalás se metió hasta adentro de la cancha para reclamar por la incidencia al primer asistente, que al igual que él la tenía de frente, y el árbitro César Soto tomó la correcta decisión de expulsar al agresor.

Tras un par de minutos en el suelo recibiendo atención médica, el melense Álvarez se levantó y pudo seguir jugando.