La Real Federación Holandesa de Fútbol (KNVB por sus siglas en holandés) le propuso este viernes al Gobierno un calendario para la vuelta del fútbol profesional que contempla partidos con tribunas llenas de aficionados a partir de enero de 2021.

La KNVB quiere volver a partir del 1 septiembre con encuentros a puerta cerrada. En la fase siguiente, en una fecha aún por determinar, se permitirían duelos con una "afluencia limitada" de espectadores, mientras que a partir de enero los estadios podrían volver a llenarse de gente, publicó el periódico de pago más leído en Países Bajos, "De Telegraaf".

La dirección de la federación le presentó el plan al Ejecutivo de forma telemática y el ministro de Deportes, Martin van Rijn, valoró el encuentro de forma positiva a través de su cuenta verificada de Twitter.

"El mundo del fútbol depende en buena parte de los ingresos de las entradas. Desafortunadamente eso no es posible ahora, así que estamos mirando el plan de la KNVB para el futuro", dijo el mandatario.

El mismo calendario recoge la vuelta a los entrenamientos con contacto físico a partir del 24 de junio y un mes después los primeros encuentros amistosos. Se trataría del preludio del comienzo de la temporada, que por orden del Gobierno no puede empezar antes del 1 de septiembre.

Apoyos

Por otro lado, la federación le solicitó al Ejecutivo una ayuda de hasta 150 millones de euros para garantizar la supervivencia de los equipos de primera y segunda división más afectados por la pandemia.

Esa cantidad cubriría parte del dinero que los clubes holandeses han dejado de ingresar por la crisis del coronavirus, unos 400 millones según cálculos de la federación.

"Es bueno que la KNVB indique que pueden resolver en gran medida los problemas del fútbol profesional por sí mismos", aseguró el ministro de Deportes.

El resto del dinero saldría de un fondo conjunto de los clubes que las próximas dos temporadas jueguen en competiciones europeas, aunque los porcentajes a compartir están aún por determinar.

La temporada 2018/19 de la Eredivisie se suspendió a nueve jornadas del final para frenar la propagación del coronavirus, lo que llevó a la federación a declarar el campeonato desierto y anular los ascensos y descensos.