Brasil derrotó a Venezuela en un partido que tuvo al minuto de juego un tanto que trastocó todos los planes. William aprovechó desatenciones defensivas y mandó la pelota a la red de Venezuela, que tiró por la borda todo el juego planificado.

El equipo de Dunga fue resistido por los aficionados que colmaron el estadio de Fortaleza, al punto que pidieron a gritos el ingreso de Kaka, quien entró cuando el partido ya estaba 3-1 y liquidado.

William marcó su segundo tanto casi al final del partido y con ese tanto parecía liquidar el encuentro, pero Venezuela promediando la segunda mitad logró descontar y silenciar a la torcida, que se despertó cuando Ricardo Olivera marcó el tercer tanto.

Los de Sanvicente pagaron caras sus desatenciones defensivas y, de no haber sido por los errores, se hubieran llevado algo más.

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