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Fútbol Internacional
Ángeles y demonios

El perfil de Luis Suárez, según ESPN

Wright Thompson, periodista de ESPN, llegó a Uruguay buscando a Luis Larrañaga, un juez al que Luis Suárez le dio un cabezazo cuando tenía 16 años. Sin encontrarlo, se fue del país con una imagen bastante diferente respecto a la que tenía sobre el jugador, e hizo un extenso perfil.

29.05.2014 19:05

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2014-05-29T19:05:00-03:00
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Montevideo Portal

Wright Thompson, periodista de ESPN en su versión estadounidense, realizó un extenso artículo sobre Luis Suárez, en el que comienza señalando que su motivación fue ver que las notas que se hacían alrededor del mundo lo presentaban "como un tramposo o un lunático. Si alguien respira cerca de él en el área, se cae como si hubiera sido acuchillado. Mordió a un rival. Dos veces. Y yendo a su niñez en Uruguay, hay reportes de incidentes que sirven como explicación, o quizás prueba, de que él es, de hecho, un loco", en referencia a un golpe que le dio a un árbitro cuando tenía 15 años, y que le hizo sangrar.

"Ningún jugador de fútbol del mundo provoca una respuesta emocional tan fuerte como el delantero de Liverpool", asegura este periodista, que quiso armar una semblanza del delantero basada en conversaciones con su madre, con sus amigos y sobre todo con ese juez al que nunca pudo encontrar a través de internet, a pesar del esfuerzo.

Dudando de la existencia de ese árbitro llegó a Montevideo, donde aprendió que a Suárez no le gustaba "jugar al fútbol" sino "a la pelota" y donde se encontró con Enrique Moller, responsable de evaluar los problemas disciplinarios de formativas. Él recordaba "una agresión verbal" y nada más, y no tenía registros de eso. Ni en la Asociación Uruguaya de Fútbol ni en Nacional encontró la información que buscaba. Martín Vázquez fue el puntapié inicial para que Thompson avanzara en la investigación. Él recordaba haber escuchado algo, lo contactó con otros colegas, y obtuvo un nombre: el de Luis Larrañaga, a quien el salteño bien podría haber cabeceado o bien tirado un vaso de agua.

El cronista de ESPN asegura, tras repasar los infortunios de la carrera de Suárez (las mordidas, el incidente de racismo, sus constantes simulaciones), era todo lo que sabía de él y esperaba encontrarse "con cualquier tipo de historia salvaje". Pero en Uruguay, buscaba y buscaba y no encontraba información sobre el famoso señor Larrañaga.

Finalmente, encontró un artículo en la web en el que se contaba que en un partido en que Nelson Spillman (procesado por haber sido coautor de un delito de lesiones personales contra Ricardo Gabito) amenazó a este árbitro, a un jugador se le mostró tarjeta roja, y éste reaccionó atacando al encargado de impartir justicia. "¿Ese era Suárez?".

"Para los detractores de Suárez, la historia del cabezazo es prueba del comportamiento horrible del jugador, que permite tomar otros elementos y estructurarlos como un cuento. El cabezazo suena real. Bueno, suena real para los fans europeos. En Uruguay, donde Suárez es un tesoro, la historia no entra en el imaginario colectivo", asegura el periodista.

"Los periodistas solo vienen a Uruguay a averiguar por qué Suárez muerde, y para ser justos, esa es una pregunta interesante", agrega el cronista que se encontró con Wilson Pirez, quien descubrió al delantero de Liverpool y quien contó sobre su lado más familiero y de cómo le da importancia fundamental en su vida a sus seres queridos.

El que pareció haber descubierto la verdad sobre la historia de Suárez fue Rómulo Martínez Chenlo, editor de deportes de La Diaria, que aseguró que "no hay dos Suárez" e hizo un par de llamados para confirmar que "no fue un cabezazo". Aquello sucedió en 2003: el delantero jugaba en Nacional, tenía 16 y se enfrentaba a Danubio. Le protestó al juez, se cayó y con su cabeza golpeó la cara de Larrañaga. Todo accidentalmente.

Para Gabito, la historia es diferente. Larrañaga expulsó a Suárez y lo denunció por agresión, y el ya mencionado Spillman llamó al árbitro para exigirle que cambiara el informe y no mencionara ningun golpe del jugador. Este se negó, y recibió una amenaza de muerte, y el periodista sacó la historia a la luz. Eso le costó un balazo en la pierna.

Thompson concluyó que "la pobreza de Suárez es una de las muchas narrativas de su vida, y también es usada como una forma de explicar su violencia, es cierto. Creció pobre, su vida es un reflejo de la infancia dura de Ricardo Gabito. Su madre lavaba pisos. Él no podía comprarse zapatos, lo que una vez le impidió probarse en un equipo de elite. Pero el encanto de la pobreza y la riqueza suele distraer a la gente de la historia de la familia rota, lo que realmente lo marcó. Su padre lo abandonó y él, entrando en su adolescencia, comenzó a saltearse prácticas, a beber, a dormirse tarde. Estaba perdido".

"Su entrenador muchas veces fue a su casa para arrastrarlo a entrenar. Jugó con toda la rabia que se ve hoy, pero sin gracia ni determinación. Luis Suárez estaba gastando su vida. Y cuando tenía 15 conoció a una chica. Su nombre era Sofía Balbi. Era rubia y de piel blanca. Luis trabajaba como barrendero, y durante sus turnos juntó unas monedas para invitarla a salir. Su familia vivía bien, y lo llevó a su casa", sigue la historia.

"Él comía regularmente en lo de Sofía. Ella le dijo que sus malas notas venían de la pobreza y no de la estupidez, y le demandó que trabajara duro. En su familia, él encontró lo que nunca había tenido, sentido de pertenencia y seguridad", añade Thompson, que se va hasta 2003, cuando Sofía y su familia se fueron a vivir a España.

"Luis cayó en un lugar oscuro. Había perdido a su nueva familia, a su alma gemela y su musa. Sus hábitos de trabajo derraparon. Años después, su ascenso en la Premier League parece inevitable. Pero no lo era. La razón por la que Suárez se convirtió en un gran jugador es porque amaba a Sofía. Ella vivía en Europa, él en América, y no podía limpiar calles por el resto de su vida y no comprar un boleto de avión", agrega.

"Entonces su mente enferma de amor adolescente lo hizo armar un plan completamente irracional, típico de los chicos: se iba a dedicar al fútbol, trabajaría duro, y conseguiría el dinero suficiente para irse a un equipo de Europa, y ese equipo sería el boleto que lo llevaría de vuelta a Sofía. Coraje, ¿no?", se pregunta.

El resto es más que conocido. Su plan funcionó, en 2006 se fue a Holanda, triunfó y llegó al Ajax, se casó con Sofía en 2009 y tienen dos hijos. Es feliz, ama a su familia, y es estrella de la Premier League de la mano de Liverpool, al que llevó de nuevo a los primeros planos.

"Suárez no es lo que imaginaba. Con el descubrimiento de su esposa como la llave para decodificar un misterio, me olvidé casi por completo del referí. Pienso ahora en otro incidente en una cancha. Esto pasó no mucho después de su más reciente mordida, y es la cara opuesta de la moneda de esa mordida. Suárez hizo un gol y se sacó su remera para mostrar otra casera. Su hijo, Benjamín, recién había nacido, y la remera tenía una foto de su familia: Sofía sosteniendo al bebé, con su hija, Delfina, sobre el pequeño. El buzo decía ‘Bienvenido Benja' en inglés, y abajo, en español ‘Los amo'", continúa.

"Él no se hubiera imaginado eso en noviembre de 2003", dice Thompson, para finalmente contar la historia que se había propuesto descubrir. Nacional jugaba contra Danubio en la definición del campeonato de formativas, y era un partido decisivo, en el que Larrañaga tuvo una mala actuación. Cuando faltaban 15 minutos para el final, el delantero fue amonestado por una falta, y cuando protestó, el juez le mostró otra amarilla, y por ende una roja. "Pero eso no fue lo único que lo hizo reaccionar", señala este cronista que destaca que esto ocurrió un mes antes de que la familia Balbis se fuera a otro continente.

Thompson se fue de Uruguay sin encontrar nunca a Larrañaga, con la confirmación de Daniel Enríquez de que hubo empujón y cabezazo, y con una nueva versión del uruguayo.

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