La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) dejó un mensaje particular este domingo con motivo del día del padre. Para conmemorarlo, recordó a aquellos padres e hijos que tuvieron el privilegio de vestir la camiseta de la selección, con el mensaje “el legado es celeste”.
El caso más emblemático es el de los Forlán, mundialistas ambos y campeones de América. Pablo jugó 17 partidos entre 1966 y 1976, incluyendo los de la Copa América ganada en Montevideo en 1967 y los tres del Mundial de Alemania 1974. Diego metió 36 goles en 112 partidos, ganó la Copa América de 2011 y jugó los Mundiales de 2002, 2010 y 2014.
Otro que ganó la Copa América de 1967 fue Julio Montero Castillo, quien registró 42 presencias en la selección entre ese año y 1978, incluyendo las Copas del Mundo de 1970 y 1974. Su hijo, Ronald Paolo, no pudo conquistar títulos y jugó más: 60 encuentros desde 1991 hasta noviembre de 2005, tres de ellos en el Mundial de 2002.
Los Matosas jugaron menos pero dejaron huella. Roberto disputó 20 partidos entre 1963 y 1970, incluyendo el Mundial de 1970, y Gustavo registró apenas siete presencias, pero dejó la marca en la historia por haber sido campeón de América en 1987.
En el video de la AUF (en el que no aparecen Néstor y Jorge Gonçalves) se los ve a Víctor Hugo Diogo, campeón de América en 1983, y Carlos Diogo, y luego el caso de los Abreu, más allá de que Diego todavía no debutó en la selección mayor, esa que Washington Sebastián defendió 70 veces.
Sin títulos pasó José Luis Zalazar y lo busca su hijo Rodrigo, contemporáneo de los Fonseca. Si bien en la gráfica de la AUF aparecen junto a Daniel Fonseca (campeón de América en 1990 y mundialista en 1990) sus dos hijos, solo Nicolás debutó en la Celeste a nivel mayor y sigue siendo parte del plantel.