El jugador de la selección y que está en Europa que manifestó su deseo de jugar en Peñarol

Rodrigo Zalazar, de gran presente en Sporting Braga de Portugal, es uno de los futbolistas reservados por Marcelo Bielsa para la doble fecha de Eliminatorias que tendrá la selección uruguaya en setiembre, en la que enfrentará a Perú el jueves 4 en Montevideo y a Chile el martes 9 en Santiago.

El volante, de 26 años, lleva cuatro goles en seis partidos jugados esta temporada y todos fueron por la UEFA Europa League: “Empezamos la temporada con muchísima ilusión. Arrancamos bien y ahora queda trabajar para pelearles a los grandes”.

“Traté de tomarme esta temporada muy enserio porque es un año muy importante porque se viene el Mundial. Tenía que dar un paso adelante y mejorar en todos los aspectos”, indicó en diálogo con AUF TV.

El nacido en Albacete, España, aseguró estar con “ilusión” de volver a ser citado por la Celeste: “Estamos a un pasito de lograr el objetivo [de clasificar al Mundial 2026]. Sería un sueño para mí estar y clasificar en casa”.

Con respecto a su posición en la cancha, el medio campo, dijo que en ella “está el mejor medio del mundo, que es Fede [Valverde], y otro de los mejores, que es Rodrigo [Bentancur]”.

“Es una posición que está muy bien cubierta y es un orgullo poder estar peleando; aprendo muchísimo de ellos. En esa posición no le tenemos que envidiar nada a ninguna selección del mundo”, comentó.

Bielsa le pide “trabajo, sobre todo movilidad y dar siempre ayuda a los compañeros, estar en continuo movimiento”, contó. “Siempre estuvo dándome consejos” durante las anteriores ocasiones que estuvo en la selección.

“Vengo hablando muchísimo con los profes. Me vienen exigiendo el tema físico para poder estar lo mejor posible cada partido. Me manda las estadísticas sobre qué tengo que mejorar y qué hice bien, me tienen bien controlado y es algo que valoro, porque estar en la órbita es algo especial. Todo lo que me dicen intento hacerlo”, señaló.

Rodrigo es hijo de José Luis Zalazar, futbolista que hizo gran parte de su carrera en España, pero que en Uruguay jugó en Peñarol y Nacional: “Tener un padre que sepa de fútbol es un extra para poder aprender”.

“Cuando nos enseñó a pegarle a la pelota, compraba de plástico y nos hacía pegarle descalzos; si el empeine tenía sangre o estaba rojo, nos decía que le habíamos pegado mal”, recordó.

Dijo que “todavía no” piensa en jugar en el fútbol uruguayo, pero que le “encantaría jugar en Peñarol, aunque se un año”. “Ya le dije a mi papá que algún día tengo que ir a jugar ahí. Es un sueño estar en Peñarol”, concluyó.