Contenido creado por Gonzalo De León
Fútbol uruguayo
No todo es color de rosas

Diego Gurri, de destacar en Primera División a estar tras las rejas por “malos pasos”

“Caí en una depresión. Era un cúmulo de cosas negativas que me nublaron y me llamaron a entrar en las drogas”, contó el futbolista.

03.05.2024 10:19

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2024-05-03T10:19:00-03:00
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Entre 2017 y 2018, Boston River fue uno de los equipos más disfrutables de ver en el futbol uruguayo, con un gran juego colectivo desplegado por Alejandro Apud. Ese equipo contaba con varios jugadores interesantes, pero uno de los más destacados era Diego Gurri, un volante por izquierda con mucho recorrido por la banda.

Los caminos de la vida lo llevaron a tomar diferentes decisiones, pero algunas de ellas lo hundieron, al punto de que acabó en prisión. El 1º de julio de 2023, Gurri fue ingresado a la Unidad 1 de Punta de Rieles y recién el pasado domingo 28 salió en libertad. Este viernes, habló por primera vez y contó todo lo sucedido.

“La vida te lleva a tropezar con la piedra y darte de frente contra la pared, pero cuando te querés dar cuenta ya es tarde y estás privado de libertad, sin poder hacer nada; ya tu vida cambió totalmente y no dependés de vos mismo”, comenzó diciendo el futbolista formado en Boston River a Minuto uno de radio Carve Deportiva.

“En un segundo perdí lo que me hacía feliz y era mi vida: el fútbol. No valoraba cuando jugaba al fútbol, que tenía todo lo que quería. Me encontré detrás de las rejas por malos pasos que fui dando sin darme cuenta, o no queriéndolos ver, porque mi familia me lo decía”, comentó.

Sobre por qué su vida dio un giro inesperado, contó: “Se me vinieron cosas complicadas en la vida, como la separación de la madre de mi hijo y no poder verlo, o la pérdida de un amigo que se suicidó; ahora digo que son excusas, pero en su momento no lo eran. Caí en una depresión. Era un cúmulo de cosas negativas que me nublaron y me llamaron a entrar en las drogas, no busqué la ayuda que tenía que buscar”.

“Estaba rodeado de gente mala que hasta iba conmigo a las canchas. Me esperaban en el auto para ir a seguir con esa vida horrible”, recordó, y explicó sobre la cárcel: “Cada día y cada semana no pasa, es eterno, se te termina todo. Me sentí indefenso y sin poder hacer nada, quería cumplir la pena y poder salir. El domingo salí de prisión”.

“Intenté mantener la cabeza enfocada en algo que me haga bien y que me prepare para el futuro. Lo fui llevando como un centro de alto rendimiento y cada día fui entrenando más, con un profesor amigo que tenía ahí adentro. Hacíamos pesas y circuitos. Ahí adentro hay una selección y pude jugar, me sentí yo”, indicó.

“En ese momento lo valoré como no lo hacía y cuidaba cuando jugaba. Siento que este momento que me tocó vivir me hizo bien para, si tengo alguna posibilidad, entrenar el doble, llegar primero, ser el último en irme, ayudar a los más chicos, en todo. Nadie está libre de nada, no sabés lo que puede pasar”, ahondó.

Mencionó que está en búsqueda de un club para retomar la actividad: “Hay que afrontar la realidad. Quiero volver a jugar al fútbol, pero también hay que comer y mantener a la familia, que siempre estuvieron conmigo. Estoy con más ganas que nunca. Hay gente buena que se preocupa por uno y hay personas que me están buscando equipo”.

Y cerró hablando de la posibilidad de entrenar con la Mutual: “Pensé en hablar con Diego Scotti, que es un gran amigo de la vida, para contarle lo que me pasó y comenzar a entrenar”. Diego Gurri, hoy de 31 años, debutó en 2014 con Boston River, en 2017 jugó en Tigre de Argentina, volvió al Sastre, en 2018 se marchó a Deportivo La Guaira de Venezuela, regresó a Boston y en 2022 defendió a Progreso, su último equipo.

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