El sueco Armand Duplantis alcanzó este lunes la medalla de oro en el salto con garrocha —oficialmente pértiga—, además con récord del mundo, al pasar por sobre los 6,25 metros.
Ante casi 80.000 personas totalmente desaforadas, Duplantis demostró por qué es el mejor saltador con pértiga de la historia. Se llevó el segundo oro olímpico sin ningún tipo de oposición y, cuando ya lo tenía asegurado, trato de deleitar al mundo entero con el intento por batir el récord mundial.
El sueco ordenó colocar el listón en 6,25 metros, un centímetro más de la plusmarca que poseía. Lo intentó una vez. No salió. Lo intentó otra. Tampoco. A la tercera, con el estadio aclamándolo, inició la carrera, miró hacía arriba, se impulsó con su pértiga y culminó un salto limpio que le hizo entrar en el olimpo de los más grandes atletas de la historia.
Con el récord del mundo llegó el delirio a Saint Denis, y el propio Duplantis acudió a celebrar su gesta con los aficionados.
Sus padres, en la tribuna, con lágrimas en los ojos, disfrutaron orgullosos de su hijo, que este lunes rompió por novena vez el récord mundial.
En 2018, en los Europeos de Berlín, empezó su reinado, que seis años después se mantiene con una colección impresionante de títulos: dos oros olímpicos en Tokio 2020 y París 2024; dos Mundiales (2022 y 2023) al aire libre y dos en pista cubierta (2022 y 2024); tres Europeos al aire libre (2018, 2022 y 2024) y uno bajo techo (2021).
Su último gran hito había sido el —hasta este lunes— anterior récord del mundo que instauró en la Liga de Diamante de Xiamen (China) en abril, con 6,24 metros.
Con información de EFE