Del fuerte enojo de Aguirre a la cábala de Ruglio: lo que no se vio en Miramar-Peñarol

Peñarol dejó este sábado dos puntos importes tras empatar 2-2 ante Miramar Misiones por el Clausura en el estadio Silvestre Landoni de Durazno, donde muchos hinchas aurinegros del departamento se hicieron presentes.

Sin embargo, el equipo carbonero no estuvo a la altura de la fiesta del público duraznense, que, cuando faltaban tres horas para el partido, ya esperaba con ansias el ingreso al estadio, algo que se pudo evidenciar en las largas filas.

A pocos minutos para el inicio, el presidente de Peñarol, Ignacio Ruglio, se hizo presente en el palco de la tribuna principal, llamada “tribuna de los Campeones José Guillermo Vera”. Allí, miró -parado, como habitualmente elige observar los partidos- hasta el segundo gol cebrita, cuando cambió su ubicación por una cuestión de cábala y se fue al anillo de abajo, donde se mantuvo todo el complemento.

En la cancha, la frustración de Diego Aguirre fue directamente proporcional a lo que le costó el partido a sus dirigidos. Desde el gol que condicionó el trámite, la Fiera mostró preocupación; tal es así que mandó tres cambios para el complemento.

Y fue en el segundo tiempo que explotó de furia: desde un “¡dale!” a modo de rezongo a Stiven Muhlethaler para que el juvenil se apurara al cambiarse e ingresara cuanto antes a la cancha, hasta su enojo con Nahuel Herrera tras alguna salida en la que el zaguero no jugó por abajo.

Además, cuando el partido terminó, Aguirre quedó varios minutos en cancha analizando el empate, pese a que sus dirigidos ya se habían ido a vestuarios. La lluvia terminó provocando que el entrenador de Peñarol dejara la cancha, cuando ya nadie quedaba en la misma. La igualdad, sin dudas, tuvo sabor a derrota para la visita, más allá de que el conjunto aurinegro haya llegado a estar perdiendo 2-0.