Contenido creado por Gonzalo De León
Fútbol Internacional
Los caminos de la vida #16

De hacer historia con Cerrito a jugar en la selección de Andorra: la vida de Carlos Peppe

Un amigo lo llevó a la liga andorrana y le cambió la vida; jugó en el equipo que compró Gerard Piqué y se ha retirado cinco veces.

15.06.2025 09:00

Lectura: 11'

2025-06-15T09:00:00-03:00
Compartir en

Por Gonzalo de León

Andorra se convirtió en los últimos años en el destino predilecto de jóvenes que se dedican al mundo de las redes sociales o del entretenimiento por internet. Muchos youtubers y streamers, sobre todo españoles, comenzaron a mudarse a este país buscando, más que nada, ventajas fiscales.

Es así como este pequeño principado ubicado entre España y Francia, de solamente 80.000 habitantes, se hizo aún más conocido. Pero no todos los que viven allí están por ese motivo, y, como sucede en cada caso y en todos los países, siempre hay un uruguayo presente.

Muchos compatriotas nuestros residen en ese país por distintos motivos, y el protagonista de la historia de hoy lo hace, lógicamente, por el fútbol, aunque también tiene su trabajo aparte como cualquier otro ciudadano.

Él es Carlos Eduardo Peppe, un futbolista, o, mejor dicho, exfutbolista, porque una semana antes de realizar esta entrevista colgó los botines de forma “definitiva” luego de que se haya retirado “cinco veces”, según parafraseó a su esposa.

Nacido en Montevideo hace 42 años, creció “entre Nuevo París, Belvedere y Pueblo Victoria”. Hizo baby fútbol en Lanza México de Nuevo París, luego pasó al Universal de Paso Molino y, finalmente, al Cohami, ubicado en avenida Millán y camino Lecocq.

“Dos años antes” de terminar el baby fútbol ya lo estaban “ojeando” desde Defensor Sporting. “Me llevaron a entrenar una vez por semana; iban un montón de jugadores y se iba haciendo un filtro”, contó a FútbolUy.

Quedó en el Violeta e hizo toda la escalera de formativas hasta Primera División, en la que debutó en agosto de 2002. El siguiente año no tuvo muchos minutos; entrenaba con Primera, pero jugaba en Tercera.

Carlos Peppe jugando en Defensor Sporting. Foto: Instagram @edupeppe

Carlos Peppe jugando en Defensor Sporting. Foto: Instagram @edupeppe

“En esas cosas que uno tiene de joven, que se piensa que se las sabe todas”, se “plantó” y pidió para entrenar con Tercera, pero no todo salió como pensaba, y en 2004 lo cedieron a Cerrito, que estaba debutando en la máxima categoría del fútbol uruguayo.

Le fue bien en el Auriverde, que hizo una histórica campaña al finalizar segundo en el torneo Clasificatorio tras ascender el año antes, y, al quedar libre de Defensor, renovó. Se quedó hasta diciembre de 2006, cuando decidió emprender nuevos rumbos, pero el futuro no parecía nada alentador.

“Estaba complicado. No tenía representante y por intermedio de un hermano fui a una prueba en Progreso”, contó, y recordó: “Fui a una cancha en el Paso de la Arena que era un desastre; éramos como 50 para probarnos y dije ‘me tengo que ir de acá’”.

“En ese momento, mi madre llevaba unos años viviendo en Zaragoza [España] con mi hermana y la idea era probarme en Zaragoza, pero como no tengo pasaporte comunitario, no podía jugar”, señaló.

Una nueva vida

A raíz de esa situación, le llegaría una oportunidad que le cambiaría la vida para siempre: “Un amigo que vivía en Andorra me dijo que fuera si se me complicaba, que me ponía a entrenar con un equipo”.

Es así como en 2007 recaló en Sant Julià, club que lo marcó y con el que ganó una liga de Andorra y tres Copas Constitució.

Al llegar, se encontró con “un fútbol y condiciones totalmente diferentes” a las de Uruguay. “En ese momento había solo un campo para todos los equipos; uno entrenaba en una mitad y otro en la otra. Nunca tenías un campo entero para entrenar”, indicó.

“Había muchos argentinos y me encontré con algunos uruguayos, y eran los que marcaban la diferencia. Los demás eran amateurs que, si no era en Andorra, no podían jugar en una Primera División”, aseveró.

“Por momentos” había “poco fútbol”, y cuando se decidían por jugar, era “aguerrido y de pelea”.

El fútbol andorrano “es muy raro y particular”: “Han venido jugadores que jugaron a cierto nivel y tenían un cartel, y no rindieron y les costó, pero otros que no eran tan buenos hicieron grandes campañas”.

“Hay que adaptarse al clima, a los entrenamientos por la noche. Capaz que tenés que entrenar a -5 grados un lunes a las nueve de la noche”, argumentó.

Entre 2014 y 2015, vivió su única experiencia fuera de Andorra —sin contar su etapa en Uruguay— cuando jugó para el FC Andorra, que en ese momento disputaba la Primera Catalana, que hoy en día es equivalente a la Sexta División de España.

“Llevaba unas seis temporadas jugando en la liga de Andorra y un amigo estaba jugando allí [FC Andorra] y me insistió para que fuera porque compiten afuera y no ves las mismas caras siempre”, relató.

Fue a mitad de temporada y descendieron a Segunda catalana, pero se quedó para la siguiente campaña y lograron subir “con cuatro o cinco uruguayos”.

Carlos Peppe jugando para FC Andorra. Foto: X @sergi_vargas

Carlos Peppe jugando para FC Andorra. Foto: X @sergi_vargas

Luego de eso, Peppe y FC Andorra separaron sus caminos. El futbolista regresó a la liga andorrana y el club fue comprado en 2018 por el exfutbolista del Barcelona y de la selección de España Gerard Piqué.

A partir de ese momento, comenzaron a ascender hasta llegar a la Segunda División en 2022. Al momento de la publicación de esta nota, se encuentran en la final del playoffs de ascenso a Segunda ante Ponferradina, con el uruguayo Lautaro de León en el plantel.

Con respecto a su paso por España, destacó: “[La liga] era un poco superior, había más ritmo. Cataluña es muy grande, cada pueblo sigue a su equipo y hay más ambiente. ¡Hasta te putean!”.

De vuelta a casa

En 2015 volvió al Sant Julià por una temporada, para marcharse luego al FC Encamp y en 2017 recalar en UE Engordany. Sant Julià le volvió a abrir las puertas en 2019 y un año más tarde firmó con FC Ordino, en el que estuvo hasta 2021, año en el que retornó por última vez al Sant Julià.

En 2021 llegó al UE Engordany y en 2022 al Penya Encarnada, con el que se consagró campeón de la Segunda División. Luego de eso, ya meditando el retiro, jugó en FC Pas, FC Rànger’s y City Escaldes, su último club y al que llegó a inicios de 2025.

Tras su paso por Rànger’s, se retiró, pero esa condición solamente le duró algunos meses: “Había dejado hacía un tiempo, pero un amigo uruguayo —el mismo con el que fue a FC Andorra— montó un club aquí y me dijo si podía ir a darle una mano”.

Jugaron playoffs de ascenso, pero no lo lograron debido a que alinearon a un jugador que estaba suspendido por acumulación de tarjetas amarillas en juveniles y les dieron la eliminatoria como perdida.

“Ahora ya está, toca descansar un poco. Mi mujer me dice que ya me retiré cinco veces”, dijo entre risas. “Creo que esta es la definitiva. Mi amigo me está insistiendo [para que siga]. Al margen de la edad, en Segunda de Andorra todavía me queda cuerda, pero no lo veo nada claro”, mencionó.

Sus casi dos décadas en Andorra le han permitido ver toda la evolución que han tenido la liga y el fútbol en general allí: “Ahora fue cambiando para bien: hay más campos, vienen mejores jugadores, entrenadores con cierto nivel, y se paga mejor. Fue mejorando todo poco a poco”.

Carlos Peppe campeón de la Copa Constitució con Sant Julia. Foto: Instagram @edupeppe

Carlos Peppe campeón de la Copa Constitució con Sant Julia. Foto: Instagram @edupeppe

“Si le tengo que poner un nivel a la liga, puedo decir que el campeón estaría en mitad de tabla de Uruguay, o un poquito más abajo. Mejoró mucho, porque antes te diría que no podía competir y en la B descendía”, afirmó.

En este momento, “algunos equipos están pagando bien y los jugadores pueden dedicarse solo al fútbol, pero en los de menos presupuesto, sus jugadores trabajan y tienen que hacer entrenamientos de noche”.

“La mayoría” de los equipos en los que jugó “estaban en la zona de arriba” de la tabla, pero los dueños de los clubes no siempre son “gente de fútbol”, por lo que no saben “lo que precisa el jugador o el vestuario” y, además, llegó a haber algunas “cosas turbias”, ya que hubo muchos casos de personas que no cumplían promesas ni pagaban, pero ahora no sucede seguido porque “está todo más controlado”.

Le tocó jugar en Primera y Segunda División, y destacó que “la diferencia es bastante grande” entre ambas: “De los 10 equipos de Primera, seis o siete pagan bien y están profesionalizados. Segunda es totalmente amateur, con jóvenes que vienen de un juvenil o jugadores más veteranos que están más para dejar que para jugar”.

Uruguayo y algo más

En el año 2011, por intermedio de su esposa, le surgió la oportunidad de jugar en la selección de Andorra. Dijo que sí y acabó disputando 23 partidos hasta 2016, cuando dejó de ir.

Debutó contra Irlanda el 7 de octubre de 2011 por las eliminatorias para la Eurocopa del año siguiente y perdieron 2-0. También disputó las clasificatorias para la Copa del Mundo de 2014 y Euro 2016.

“Cada vez que me convocaban, jugaba. La experiencia fue increíble; jamás me hubiese imaginado jugar en los estadios en los que jugué y los jugadores contra los que jugué. Eso no tiene precio”, indicó.

“En la época que yo estaba, tenía muchas carencias: de jugadores, cuerpo técnico, infraestructura. Ahora está más profesionalizada, se les dan mejores armas a los jugadores para competir”, comparó.

El partido que más recuerda es el disputado el 9 de setiembre de 2014 contra Gales por las Eliminatorias para la Eurocopa. Empezaron ganando 1-0 y luego lo empató Gareth Bale, que lo ganó con un gol de tiro libre que se repitió por mano de la barrera.

Además, recordó enfrentamientos contra la Bosnia de Edin Dzeko y la Turquía de Arda Turan. “Aquí en Andorra son muy de ir a buscar a los rivales por las camisetas, pero yo tengo un poquito más de orgullo”, dijo.

Carlos Peppe jugando para la selección de Andorra. Foto: X @edupeppe

Carlos Peppe jugando para la selección de Andorra. Foto: X @edupeppe

Sobre la decisión de quedarse en Andorra, apuntó: “Los primeros años tenía una motivación” de ir a jugar a otro lado, además de que Andorra le “cambió la mentalidad” con respecto a su juego, porque se volvió “más intenso”. Quiso volver a Uruguay y probarse, pero allá “desde el primer momento” trabajó aparte de jugar y ese fue su sustento económico. Actualmente trabaja en una empresa de herrería y aluminio, de fabricación de ventanas.

Sobre el nivel económico en la liga de Andorra, afirmó que a los jugadores “les dan alojamiento, que a día de hoy aquí está muy caro; pueden ganar entre 2.000 y 3.000 euros”.

Con respecto al país, señaló: “Me sorprendió para bien, desde el minuto uno me gustó. Es muy pequeño: en una hora te vas de la frontera de España a la de Francia. Es muy tranquilo y limpio. Hay seguridad, podés andar a cualquier hora”.

“En invierno jode un poco porque hay días de mucho frío y nieve”, dijo sobre el clima.

“Ahora se volvió un poco cara la vivienda, pero, dentro de todo, se puede vivir bien. Una persona de clase media se puede dar sus gustos”, comentó, y destacó que los centros estudiantiles son bilingües y públicos.

“Los andorranos son un poco fríos, se extraña el contacto con el vecino de Uruguay. Acá no están pendientes de saludar; está cada uno a la suya”, indicó, y agregó: “El andorrano es gente de mucho dinero, normalmente, y está un poco por encima del resto. El idioma oficial es el catalán y les gusta que la gente lo hable y se adapte. Tienen cosas de ‘yo soy andorrano y tú no, que quede claro’”.

“La gente que va a la cancha son familiares y algunos sudamericanos que quieren ver fútbol. El deporte más importante aquí es el esquí. Cuando juega la selección sí van a apoyar, y más ahora que han tenido algunos resultados buenos”, comentó.

Y cerró hablando sobre si tiene pensado irse de Andorra: “Ya mi vida está asentada acá, mis hijos son de aquí. No imagino mi vida fuera de Andorra y tampoco fue algo que me llamara. No extraño ni anhelo volver a Uruguay”.

Por Gonzalo de León