Dos de los entrenadores más exitosos del fútbol argentino en las décadas de 1990 y 2000 fueron Ramón Díaz y Carlos Bianchi, ambos campeones de la Copa Libertadores y muy queridos en River Plate y Boca Juniors respectivamente. Con los dos tuvo diferencias Daniel Fonseca, quien brindó una extensa entrevista al programa 100% Deporte, de Sport 890, este miércoles.

A Bianchi lo conoció en la temporada 1996/97, que fue la tercera y última que disputó en la Roma. Al club de la capital italiana llegó casi por descarte a mediados de 1994, luego de que se cayeran las posibilidades de fichar por Juventus y Milan, que lo pretendían por sus muy buenas actuaciones en el Napoli. “El Inter también me quería pero ponía mitad plata y dos jugadores. El único que ponía plata era Roma y tuve que ir”, rememoró, explicando que Napoli se vio obligado a venderlo por problemas económicos.

En Roma, donde metió 28 goles en 79 partidos, contó que le fue “muy bien en el primer año y medio”, donde el equipo peleó en las primeras posiciones. “Los clásicos los ganábamos y nos iba bastante bien, pero después llegó Bianchi y no sé si porque era uruguayo o porque era yo, no le caía muy simpático. A los dos meses tuve un entredicho con él y me sacó. Estuve ocho meses sin jugar”, narró.

“Como no me hacía jugar le pedí que en enero (de 1997) me dejara salir. Yo iba a hablar con el presidente y le pedí a Bianchi que le dijera al presidente que no me necesitaba. ‘Olvidate yorugua, tenés todo mi aval’, me dijo. El presidente me amaba y cuando hablé con él me dijo: ‘No te vas de acá. A este argentino ya lo vamos a echar. Es impresentable’. Pero cuando el presidente habló con Bianchi, el técnico le dijo que yo era un cambio perfecto para los últimos 15 minutos. Así, entrando sobre el final, lo salvé un par de veces que lo echaran”, dijo.

A mediados de 1997 recaló en la Juventus, pero “en otro ritmo”. “Una cosa era llegar de crack, como hubiese ido desde Napoli”, expresó.

Con Ramón Díaz, “un irrespetuoso”

A comienzos de 2002, luego de jugar poco y nada entre 1999 y 2001 en la Juve, llegó a River Plate, donde fue el héroe de una noche de verano anotándole un agónico gol de tiro libre a Boca Juniors para empatar el partido y mandarlo a la definición por penales, donde convirtió el remate definitivo que selló la victoria de los millonarios en una época de marcada supremacía xeneize en los clásicos.

“Quería ir a Nacional para ir al Mundial 2002, terminar medianamente bien un año y retirarme del fútbol. Fui a River, debuté con Boca y todo el estadio cantaba ‘hijos nuestros’, porque Boca lo tenía de hijo. Se me dio todo; empaté de tiro libre y metí el último penal. Por dos meses los hinchas de River me hacían sentir Dios”, recordó.

“Al otro día de ese clásico Ramón Díaz me dijo: ‘Yorugua, preparate bien que dentro de un mes empieza la Copa Libertadores. Vos no venís con mucho fútbol y necesito que estés mejor físicamente’. Trabajé como pocas veces en mi vida, pero empezó la Libertadores y jugaban otros. Jugaba Cavenaghi, que venía de la reserva. Yo estaba avisado que Enzo (Francescoli) no tenía mucha empatía con Ramón Díaz, y a mí me llevó Enzo. El presidente me anticipó que seguramente tuviera inconvenientes con el técnico. Y así fue”, narró.

“Contra el América de México en el Monumental me puso seis minutos (NdeR: Entró a los 65’ por Eduardo Coudet en un partido que River perdió 1-0). Una cosa vergonzosa. Fui al vestuario y le dije de todo. Le dije que era un irrespetuoso y que hubiera preferido que me dijera las cosas en la cara”, reveló.

“Le dije: ‘Creo que te equivocaste, más allá de que sé la relación que tuviste con Enzo, que no es de mucha empatía. Sabía que me iba a pasar esto. Lamento haber perdido tres meses en los que trabajé mucho. Tengo el Mundial en cuatro meses y me estás jodiendo la carrera, así que vengo a decirte que me voy. Sos un irrespetuoso porque estuve 11 años en Italia y jugué en grandes equipos, pero con una diferencia: hice el doble de goles que vos’. Le dije de todo”, recordó.

Fonseca convirtió 101 goles en sus 269 partidos oficiales en el fútbol italiano, donde defendió a Cagliari, Napoli, Roma y Juventus. Díaz, por su parte, registró 69 tantos en 240 encuentros con las casacas de Napoli, Avellino, Fiorentina e Inter.

“Estaba (Celso) Ayala conmigo y se quedaron todos, alcahuetes de él. Todos los muchachos me decían: ‘Pegale yorugua, pegale’. ¿Para qué le iba a pegar? Si nunca me peleé con nadie. Es mucho más importante lo que puedas decir que lo que puedas hacer. Saltó el hijo de Grondona a hablarme y le dije que no tenía tiempo para él y que era un forro”, concluyó.