Mallorca, donde anotó en Giovanni González en el empate 1-1 en el tiempo reglamentario, venció en los penales a la Real Sociedad y será uno de los finalistas de La Copa del Rey en La Cartuja el próximo 6 de abril.

Un encuentro que arrancó de la típica manera en que lo hacen este tipo de eliminatorias: con muchas imprecisiones, aunque es de justicia mencionar que la Real arrancó con un punto más de lucidez y acierto, eso sí, sin acercamientos peligrosos. Tampoco ayudó el diluvio de los primeros minutos a hacer del espectáculo algo más atractivo para el espectador.

La ocasión más clara de los primeros 45 minutos llegó en forma de pena máxima a favor del conjunto txuri urdin. Brais Méndez fue el encargado de lanzarlo, aunque Grief adivinó las intenciones del centrocampista gallego y detuvo el disparo centrado desde los once metros.

La reanudación no pudo empezar mejor para el club mallorquín, con un gol de Giovanni González tras un centro impecable de Jaume Costa y cabezazo posterior que puso en jaque a la escuadra realista.

Tocó buscar la remontada para la Real, que empezó a acechar al Mallorca en busca de un tanto que le diese la oportunidad de irse a la prórroga, primero con un disparo lejano de Javi Galán y seguido un peligroso centro de Take Kubo que no encontró rematador en el área.

Siguió con esa insistencia el club donostiarra ante un Mallorca que se encontró cómodo en ese registro de superioridad sin tener la posesión, aunque sin demasiada claridad.

Es entonces cuando apareció el capitán del equipo, Mikel Oyarzabal, quien había ingresado a los pocos minutos al terreno de juego. Un contraataque conducido de manera fantástica por los realistas acabó en una definición soberbia delante del golero previo pase al hueco de Brais.

La Real no paró de intentarlo, aunque no hubo manera de penetrar la muralla roja y el partido se tendría que decidir en la prórroga.

Penales

Al arranque del tiempo añadido, el club txuri urdin tuvo una doble ocasión clarísima para adelantarse en el marcador, primero con un remate de Mikel Merino despejado en línea de gol, y luego un rechace que disparó a bocajarro Kieran Tierney despejado por Samu Costa con la cabeza y también bajo palos, que tuvo que ser revisado por el VAR, ya que el balón no rebasó la línea del todo.

Tras el descanso, el partido siguió en esa fase de descontrol que, sumado al cansancio lógico de ambas escuadras, se tradujo en pocas ocasiones. A lo que siguió el final de la prórroga, y por ende, el pase a la final de La Cartuja en manos de Remiro y Greif.

Y en los penales, ya sabemos lo que puede pasar. La suerte te sonríe, como no lo hace. En este caso, no le sonrió a un Mikel Oyarzabal que fue el único en fallar uno de los diez lanzados. El primero de ellos. Y es que el guion del fútbol, a veces, es muy cruel o muy benévolo, ya que siempre depende del prisma del que se mire. El Mallorca estará en la final de La Cartuja. Le toca esperar para saber si será ante el Atlético de Madrid o ante el Athletic Club.