Clásico: Ancheta y Boggio fueron los menos flojos de un Nacional sin buenos rendimientos

Luis Mejía: no tuvo responsabilidad en los goles ni atajadas de las que valen un gol. Falló a los 24’ ante un centro fácil de Maximiliano Olivera y la suerte lo acompañó ante dos remates de Diego García que salieron desviados y pudieron ser el 3-0 bastante antes del tanto de Matías Arezo.

Emiliano Ancheta: dentro de una defensa muy floja, fue el mejor. Ganó y perdió en el mano a mano con Diego García y metió el centro que pudo haber sido asistencia para el empate a los 38’, cuando entre Brayan Cortés y el caño evitaron el gol de Maxi Gómez. Después intentó sumarse al ataque con criterio pero sin claridad.

Sebastián Coates: cumplió una de sus actuaciones más bajas del año. No estuvo claro en la salida con la pelota y llegó tarde a algunas coberturas. No pudo despejar bien en la jugada del 2-0 y en la única chance que tuvo para cabecear en el área rival, le erró al arco. Sobre el final fue amonestado por una plancha cargada de mala intención sobre Matías Arezo.

Julián Millán: fue amonestado a los 19’ por una falta dura y lejos del arco sobre Leonardo Fernández, por lo que se perderá el próximo partido. Despejó muy mal en la jugada del 2-0, forzando el error de Coates, le erró al balón en la del 3-0 y no prevaleció en los duelos como acostumbra.

Juan Pablo Patiño: fue el más flojo de la defensa. Tuvo problemas de forma constante con Javier Cabrera por su sector izquierdo y le cometió una falta evitable, lejos del arco, que derivó en el 2-0. Se sumó una sola vez al ataque, a los 48’, y lo reemplazó Diego Romero a los 59’.

Christian Oliva: jugó uno de sus peores clásicos. Llegó tarde a las coberturas, ganó pocas divididas y no le dio buen destino a la pelota en un mediocampo que dominó Peñarol. Fue sustituido a los 59’ por Mauricio Pereyra.

Luciano Boggio: con su habitual dinámica y recorrido, le alcanzó para ser el mejor exponente de un mediocampo muy pobre. Se multiplicó en la marca y corrió, por momentos desordenadamente, también hacia adelante.   

Rómulo Otero: empezó de volante por derecha, jugó algunos minutos por izquierda, y volvió a decepcionar. Fue amonestado por un foul innecesario sobre Maximiliano Olivera, no se movió para tapar el centro ni relevar a Patiño en la jugada del 1-0, y el único tiro libre que tuvo le salió al medio del arco. Lo sustituyó Lucas Villalba al cabo del primer tiempo.

Nicolás López: se movió suelto delante de los volantes y atrás de Maxi Gómez, e intentó colaborar en la presión inicial, pero fue su único aporte. Pareció contagiarse del equipo en el arranque del segundo tiempo, pero no pudo gravitar y fue sustituido por Gonzalo Carneiro a los 76’.

Exequiel Mereles: arrancó por la punta izquierda, pasó a la derecha y volvió al sector zurdo, pero casi nunca pudo con Emanuel Gularte, a quien hizo amonestar a los 42’. No desniveló en velocidad ni con gambeta, y lo sustituyó Nicolás Lodeiro a los 59’.

Maximiliano Gómez: casi no lo habilitaron y aún así complicó. A los 38’ llegó a definir como pudo ante un centro de Ancheta, y su remate terminó en el caño tras un roce clave de Cortés. En el arranque del complemento tuvo un cabezazo desviado, y poco más. Peleó en inferioridad numérica ante una zaga que lo neutralizó casi por completo.

LOS QUE ENTRARON

Lucas Villalba: entró para el arranque del segundo tiempo en lugar de Otero, pero se lo notó fuera de ritmo. Sin espacios para explotar la velocidad, perdió constantemente las pocas veces que intentó arrancar por la banda derecha.

Mauricio Pereyra: ingresó a los 59’ con el partido cuesta arriba y no pudo ser solución, más allá de que pidió la pelota de forma constante e intentó ser la manija generadora.

Nicolás Lodeiro: entró a los 59’ con su equipo superado y un partido que controlaba a gusto Peñarol. Se movió libre

Diego Romero: entró a los 59’ con la misión de solucionar el problema que dejó Patiño en el lateral zurdo, pero no pudo cambiar el panorama. No aportó cuando intentó ir al ataque y dejó espacios atrás.

Gonzalo Carneiro: ingresó a los 76’ por el Diente López y se lo vio más preocupado por discutir y luchar que por jugar. No aportó.