En un día histórico, millones de personas se movilizaron por las calles de Buenos Aires a la espera de los campeones del mundo. Según estima TyC Sports y otros medios argentinos, cinco millones se congregaron para recibir a la selección argentina.

Debido a las aglomeraciones, los jugadores desviaron el trayecto que hacían desde un ómnibus descapotable y lo continuaron en helicóptero. Finalmente, la marcha fue suspendida debido a los disturbios generados.

El vehículo que trasladaba a la selección dirigida por Lionel Scaloni partió poco antes de las 11:30 desde el predio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y tomó la Avenida Riccheri rumbo a la capital.

Después de cuatro horas y media de travesía, el ómnibus solo recorrió unos 15 kilómetros de autopista y tomó un desvío en la Avenida Larrazábal, en el barrio porteño de Villa Lugano (suroeste de la ciudad), luego de que dos aficionados saltaran al vehículo desde un puente.

“No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de seguridad que nos escoltaban no nos permiten avanzar”, escribió el presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia.

“Mil disculpas en nombre de todos los jugadores campeones. Una pena”, lamentó.

Varios helicópteros de Prefectura Naval recogieron a los futbolistas en Villa Lugano para continuar su itinerario en los cielos.

“Agradecemos a la provincia de Buenos Aires, encabezada por su ministro de Seguridad, Sergio Berni, que fue el único que acompañó durante toda la recorrida hasta la entrada a la capital sin registrar ningún incidente, permitiendo a los jugadores abrazarse al pueblo argentino”, manifestó Tapia en un tuit posterior.

La Albiceleste puso de esta forma punto final a un periplo caótico, marcado por los continuos cambios de itinerario y por la confusión generalizada de los aficionados que estaban en las calles.

Con base en EFE