La quinta etapa de La Vuelta a España, que fue una contrarreloj por equipos de 24 kilómetros en la localidad gerundense de Figueras, se llevó a cabo este miércoles y presentó un episodio vinculado 100% a la política y 0% al deporte.

Los ocho integrantes del Israel Premier Tech, equipo que cuenta con un israelí (Nadav Raisberg) y siete extranjeros, fueron cortados en su paso por personas que expresaron su rechazo a la situación que se vive en Palestina.

Con una bandera de Palestina, los manifestantes pretendieron no dejar pasar a los deportistas, quienes pudieron continuar su marcha gracias a la rápida intervención de la organización y las fuerzas de seguridad, que restablecieron el orden de inmediato.

El episodio se dio en medio de una propuesta del grupo Izquierda Unida, que planteó esta semana en el Congreso que se exija a los organizadores del evento la exclusión del equipo israelí mientras no se levanten las medidas cautelares que dictó la Corte Internacional de Justicia en relación a Gaza.

“Resulta inaceptable que en España se promocionen o normalicen —directa o indirectamente mediante apoyos públicos— equipos o estructuras deportivas que funcionan como vehículos de blanqueo institucional”, asegura Izquierda Unida.

“El deporte de alto nivel que se celebra en territorio español debe ser plenamente coherente con los compromisos del Estado en materia de derechos humanos y derecho internacional humanitario, así como con los principios de no discriminación, integridad y responsabilidad social”, añade.