Si hay un país con historia en Europa, ese es Austria. Estuvo influenciado por los celtas y los romanos, luego fue parte del Sacro Imperio Romano Germánico, después formó el Imperio Austriaco y, finalmente, el Imperio Austro-Húngaro, antes de convertirse en la actual república.
En todos esos años han pasado muchos personajes históricos que han contribuido al país —o a otros cercanos—. El deporte no escapa a ello, y aportó, entre muchos otros, a una leyenda como David Alaba, hoy en Real Madrid.
Por la liga austríaca también han pasado grandes jugadores, como fue el caso de Erling Haaland en RB Salzburgo. Pero, como ocurre siempre en todos los países del mundo, siempre hay un uruguayo que deja huella, y ese es el caso del protagonista de la historia de hoy: Maximiliano Chino Moreira.
Este futbolista nacido hace 31 años en Maldonado ha tenido una extensa carrera en Europa, pero vamos al comienzo: Hizo juveniles en Atlético Fernandino y Racing de Maldonado, para a los 13 años viajar a la capital del país para jugar en Nacional, en el que hizo toda la escalera hasta Primera División.
El cambio a Montevideo “fue duro y costó, porque era todo nuevo” para él, relató el lateral izquierdo y zaguero a FútbolUy.
“El fútbol en el interior se vive de otra manera; es lo más cercano a jugar con amigos. En Nacional éramos un rejunte de chicos del interior que no nos conocíamos, pero pude ir con dos amigos y me adapté bien”, recordó.
Moreira llegó a Nacional a través de una captación que se realizó cuando él defendía en la selección de la liga fernandina, en la que estaba jugando en la Copa de Selecciones de OFI.
Maximiliano Moreira jugando para Nacional. Foto: Instagram Nacional - atilio.uy
Debutó en el primer equipo del Bolso en 2012, pero no tuvo demasiadas oportunidades, aunque uno de los partidos que jugó fue el clásico del Apertura 2013 contra Peñarol como titular. A raíz de los pocos partidos que jugó, se marchó a préstamo en Juventud de Las Piedras en 2014. Tras la cesión, retornó a Nacional y, en 2017, quedó libre; así fue como recaló en Huracán del Paso de la Arena.
“Tuve un problema familiar y quedé un poco desorientado en el tema futbolístico. No sabía si quería continuar”, contó con respecto a los meses previos a firmar por Huracán. En 2018, defendió la camiseta de Rentistas.
Un salto de calidad
Luego de tener buenas actuaciones en la Segunda División con el Bicho Colorado, Diego Seoane, exfutbolista uruguayo que hizo gran parte de su carrera en Austria, le “arrimó” una oferta para jugar en ese país europeo.
“Me gustó, la acepté y, a partir de ahí, fue otro el panorama”, señaló sobre la propuesta para jugar en el Austria Klagenfurt, club que había descendido a la B y que tenía como gran objetivo retornar de inmediato a la máxima categoría.
“La liga no es conocida para nada, pero después me enteré de que otros uruguayos jugaron y me contaron su experiencia”, indicó.
Sobre sus primeras impresiones, recordó: “Fue un cambio que a lo primero chocó porque el austriaco es frío, pero estaba muy maduro por lo que me había pasado anteriormente, entonces lo pude llevar bien y me adapté rápido”.
Al llegar, se encontró con “un club súper ordenado, con las cosas claras, tanto dentro como fuera de la cancha”. “Teníamos todo para lograr los objetivos. Me facilitó muchísimo para mi rendimiento”, ahondó.
Le tocó llegar a un vestuario “muy variado”. Su grupo íntimo estaba compuesto por un italiano, un mexicano, un griego que hablaba “perfecto” español y un austro-cubano: “Éramos un grupo de cinco que andábamos para arriba y para abajo juntos”.
El cambio con respecto a Uruguay “se siente mucho”, pero “hay varios sudamericanos y hacen la diferencia porque tenemos un plus a la hora de competir; a la hora de ir ‘con la pata fuerte’, ellos están un nivel más abajo”, apuntó sobre la liga.
“Los partidos son muy de ida y vuelta. Quizá no son tan tácticos u ordenados, pero lo tapan con el poder físico que tienen”, mencionó.
“La Segunda División es muy complicada porque asciende uno y son 18, 20 equipos. Es súper competitivo; hay viajes largos y el entorno de las canchas se siente”, mientras que “la Primera es otro nivel; el nivel futbolístico es muy bueno y el nivel físico es otro porque se corre mucho y es dinámico”.
Maximiliano Moreira para Austria Klagenfurt. Foto: X @maximorei
“La gente acompaña, está siempre. Se molestaban si perdíamos”, aseguró sobre los hinchas.
Con respecto a la ciudad en la que vivió, Klagenfurt, afirmó que es “totalmente diferente a lo que estaba acostumbrado”. “Es mucho más temático a lo que es la cultura de ellos. Tiene estructuras antiguas, pero por dentro son de última generación”, subrayó.
“Tuve uno de mis mejores momentos. Me sentí muy cómodo y me adapté a la cultura del país”, dijo sobre su estancia en Austria, que fue de cuatro años, y comentó que se quedó tanto tiempo por “la comodidad que tenía en el club y en el país”.
“Fui por un año, pero me sentí cómodo y renové por dos años más. Pasó lo mismo cuando estaba cumpliendo el primer año de esa renovación. Me sentía bien y no tenía la necesidad de buscar algo diferente”, ahondó.
“Futbolísticamente, aprendí que no solamente puedo jugar de lateral izquierdo. Un técnico que tuve me abrió el panorama para jugar en otras funciones”, contó, y aseveró que es “bastante la diferencia” entre Austria y Uruguay en la parte económica: “Se nota”.
Salir de la zona de confort
Justamente por la comodidad que mencionó anteriormente es que decidió, entre otros motivos, salir de Austria: “Vinieron otros dueños y los cambios que hubo me hicieron dudar de seguir o no, más allá de que me ofrecieron continuar”.
Fue así como a mediados de 2023 recaló en el Panserraikos de Grecia. “Lo que terminó de mostrarme que era correcto cambiar de aires fue el llamado de Pablo García, que estaba por ser el técnico”, reveló.
El griego es “un fútbol más parecido al nuestro, en todo aspecto: futbolístico, no futbolístico, el día a día, los problemas que hay en cada institución”. “Es una liga muy competitiva”, afirmó.
“Es como que volví a las raíces; fue reencontrarme con el pasado”, remarcó.
El club al que llegó es uno “con historia que estaba volviendo a Primera División y quería cumplir la meta de mantener la categoría”. Un equipo “con lo justo y necesario; no había nada que le sobrara. Me sentí súper cómodo”.
Luego, elogió al histórico Pablo García: “Tiene otra cabeza; me sorprendió su forma de trabajo. Me devolvió el apetito competitivo que me estaba faltando en Austria”, porque allá “ganás o perdés y está todo bien: al otro día volvés y entrenás, pero nosotros estamos acostumbrados a otra cosa. Yo me recaliento”.
Maximiliano Moreira para Panserraikos. Foto: Instagram @chinomoreira.6
“Pablo lo hacía sentir cuando perdíamos o jugábamos mal; eso me encantaba”, señaló, y agregó: “Me ayudó muchísimo porque él estuvo más de 15 años en Grecia y tenía todo clarísimo. Me decía cosas que iban a pasar, y pasaban”.
Si bien le fue bien a nivel individual y colectivo, no siguió en el equipo para la siguiente temporada: “Me terminé yendo porque fui por Pablo y él no iba a continuar. Por un tema de respeto hacia él, tenía asumido que no iba a continuar, por más que me presentaron una oferta para renovar”.
En 2024, firmó con APO Levadiakos, club en el que le volvió a ir bien y que lo quiere renovar en este momento: “Me encontré con un club chico, pero muy ordenado. Son claros. No me puedo quejar: teníamos todo para competir”.
“Quizá la gente debería acompañar más para lo que genera el club, porque es de una ciudad chica”, indicó, y aseguró: “Me sentí cómodo”.
El nivel económico en Grecia es “un poco más para arriba [que Austria], más allá de que el cumplimiento no es tan estricto, pero ofrecen mejores cosas”.
Sobre su adaptación a la cultura griega, contó: “Bien de bien porque Grecia es muy parecido a lo que estamos acostumbrados nosotros, en general. Se me hizo más fácil de lo que pensaba”.
Y, además, comparó las ciudades en las que vivió: “En Panserraikos, para lo que venía de Austria, había un cambio grande. Era chica, pero bonita. Estaba cerca de Salónica y teníamos esa ventaja de ir cuando teníamos libre”.
Levadiakos, por su parte, “es parecida a la anterior, pero más chica todavía”. “Tiene el plus de que Atenas está a una hora. La gente es súper amable”, prosiguió.
Consultado sobre si recomendaría a los futbolistas uruguayos irse a los países en los que jugó, comentó: “Sacando lo monetario, recomendaría más Austria” porque “es una liga que es ideal para dar un primer paso en Europa por la competencia que hay y las formas que tienen los equipos de prepararse”.
“En Grecia es más difícil la adaptación para hacer una primera experiencia en Europa. El nivel de la liga es más competitivo, los equipos son más aguerridos y, quizá, no tenés tanto tiempo porque los equipos quieren todo ya”, añadió.
Maximiliano Moreira en el Mundial sub-17 de 2011. Foto: archivo FútbolUy
“No le cierro las puertas a volver a Uruguay porque si lo mejor está acá, volvería tranquilamente. Es cuestión de esperar, porque soy consciente de que estoy en una edad linda”, apuntó.
Moreira hizo todo el proceso de selecciones juveniles: pasó por la sub-15; fue subcampeón del Mundial sub-17 en 2011 jugando seis de los siete partidos, incluyendo la final como titular, y estuvo en el Sudamericano sub-20 de 2013.
“Estoy agradecido al fútbol por las amistades que pude hacer; no solo con uruguayos, sino con extranjeros. Al día de hoy me hablo con todos y estando en Grecia me he juntado con algunos. Eso es algo que no lo puedo dejar de remarcar porque no es algo normal”, concluyó.