Con un gol del argelino Ismaël Bennacer, el Milan venció 1-0 a un Napoli que comenzó intratable y acaricia unas semifinales que tendrá que sellar en el Diego Armando Maradona ante la revelación europea, en una eliminatoria que todavía sigue abierta.

Saltó fresco el Napoli, que contó con Mathías Olivera desde los 81 minutos. Fue un torbellino contra un equipo que le endosó un 0-4 en su casa hace apenas dos semanas. Fue tan potente el inicio de los Azzurri que Jvicha Kvaratskhelia tuvo la más clara para los suyos cuando no se había cumplido el minuto de partido. Superado a Mike Maignan por un centro lateral mal defendido por la zaga milanista, el balón llegó plácidamente a los pies del georgiano, que definió con la zurda pero que se encontró bajo palos a un Rade Krunic salvador.

Posteriormente, André-Frank Zambo Anguissa y Piotr Zielinski probaron suerte desde lejos, con sendos disparos obligando a intervenir a Maignan. El dominio de los de Luciano Spalletti era incontestable, pero al técnico se le veía nervioso en el banco, consciente de que había dejado pasar la oportunidad de ponerse por delante, sabedor de que en cualquier momento el Milan podía despertar.

Y lo hizo. Rafael Leão se convirtió en el agitador del partido a la media hora con una jugada marca de la casa, una arrancada imparable desde el centro del campo que terminó en el área con un disparo demasiado cruzado. Poco a poco, el inicio amenazante del Nápoles pareció ir quedando muy lejano, hasta que Brahim Díaz se encargó de que se olvidara por completo con un regate con el que dejó plantados a Stanislav Lobotka y Mario Rui en el centro del campo, iniciando un contragolpe que dirigió hasta el borde del área, cediendo a Leão que cruzó el balón desde el perfil diestro encontrando a Bennacer, que no falló y fusiló a Alex Meret para abrir el marcador.

Los Rossoneri volvieron a tumbar a la revelación europea, aunque esta vez la recompensa es mucho mayor. Las semifinales están más cerca para un sólido Milan que defenderá un resultado más que favorable en el Maradona ante un Nápoles que, aunque con las bajas de Kim Min-Jae, amonestado, y de Anguissa -y la duda de Osimhen-, todavía tiene opciones de alargar el sueño que vive esta temporada.