Cenizas de Roberto Escarone viajan a Perú

Pocos hombres han tenido en la historia del fútbol uruguayo una trayectoria como la de Roberto Escarone. Aunque su apellido le suene más a los hinchas de Nacional, este Escarone (con E al principio) no tiene nada que ver con Héctor Scarone, el notable futbolista tricolor y de la selección uruguaya de los años 20 y 30.

Este Escarone con "E" fue un lateral que no tuvo mayor destaque en la década del cuarenta, pero dirigió a Peñarol y Nacional y fue campeón uruguayo, de América y del Mundo con los aurinegros.

Asumió como DT en marzo de 1960, dirigió la final de 1959 (donde debutó Alberto Spencer) con victoria y se coronó como campeón uruguayo y de la Copa Libertadores en 1960 y 1961. Además, en el año 61 fue el entenador del equipo mirasol que se quedó con la primera Copa Intercontinental de su historia, frente a Benfica de Portugal.

Como si fuera poco, en 1966 fue campeón del torneo local con Nacional. En 1972 llevó a Universitario de Perú a la final de la Libertadores, en donde cayó con Independiente de Avellaneda.

Justamente en Perú echó raíces y consideraba a "la U" como su casa. El hijo de Escarone, también llamado Roberto, declaró ante la cadena local América Televisión que "a pesar de que con Peñarol fue campeón del mundo, siento que el cariño que tuvo acá en la U no lo tuvo en ningún lado. En otros equipos era como muy frío, aquí era su familia, era otra cosa".

Escarone añadió que su padre "sufría de alzheimer y en sus delirios siempre decía que se iba para su casa, para la U". Fue por eso que llevó sus cenizas, para cumplir con la última voluntad de su padre, 16 años después y gracias al apoyo de unos amigos.

Finalizó diciendo que su padre "está contento porque ya le cumplí".

Montevideo Portal y EFE