Diego Lugano se presentó junto a Óscar Washington Tabárez en la conferencia de prensa previa a la semifinal de la Copa de las Confederaciones entre Uruguay y Brasil, y entre otras cosas mostró su preocupación por las simulaciones de Neymar, quien a su entender “sabe engañar a los árbitros” (VER NOTA).
Además, al ser consultado por la designación del chileno Enrique Osses, declaró que “todos sabemos de la relación entre Brasil y Chile, creo que es una casualidad. Osses es de los mejores. Va tener una presión especial, van a estar todos los ojos del mundo sobre él, y esperemos que tenga un partido perfecto. Los jugadores vamos a colaborar”.
Tras sus dichos, la Confederación Brasileña de Fútbol emitió un comunicado a modo de respuesta.
El comunicado
El jugador Diego Lugano, de Uruguay, en declaraciones publicadas el miércoles, expresó su sorpresa por la designación de un árbitro chileno (Enrique Osses) para dirigir el partido de hoy entre Uruguay y la selección brasileña, con el argumento de que Brasil dejó de organizar la Copa América de 2015 a favor de Chile, ahora sede de la competición.
Lo que quiere decir, de esa forma cifrada, es que un imaginario intercambio de favores ahora beneficiaría a Brasil.
Lugano usa también su voz para opinar sobre Neymar, alegando que el crack brasileño abusa de las simulaciones para su beneficio propio.
Nada más antiguo y ultrapasado que esas declaraciones previas al partido hechas por el zaguero uruguayo. Lugano apela a un artificio ya superado desde hace muchos años, un argumento gastado que en el fútbol contemporáneo no tiene más sentido.
Además de su visible intento de coacción sobre el árbitro, Lugano con sus declaraciones fuerta de lugar comienza a cuestionar la imparcialidad de las entidades de FIFA y Conmebol y de sus respectivas comisiones de arbitraje.
Cuando cuestiona el comportamiento de Neymar en el campo, Lugano comete un error enorme de presunto analista, ya que pone en duda lo que ningún admirador de fútbol puede dejar de ver; el talento del número 10 brasileño, Talento más que comprobado con actuaciones bellísimas en esta Copa de las Confederaciones, en la que fue electo como mejor jugador en los tres partidos que jugó Brasil hasta el momento.
Neymar, es bueno repetir, no precisa recurrir a simulaciones para jugar un fútbol que está encantando y conquistando el mundo.
Lo que Lugano quiere al hablar de Neymar es, en realidad, ejercer de antemano presión sobre el árbitro para que no sea castigado por las posibles entradas duras que seguramente tendrá que realizar sobre el jugador brasileño.
Este recurso, por demás conocido y anticuado, también está fuera del escenario del fútbol brasileño, que es ganador y cinco veces campeón del mundo única y exclusivamente gracias al talento de sus jugadores.