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Luciano Parodi, quien la semana pasada acordó jugar la próxima Liga Uruguaya de básquetbol en Nacional tras desvincularse de Peñarol, aclaró que la salida del equipo carbonero no se dio por iniciativa suya. “Peñarol prescindió de mí”, afirmó en una extensa entrevista con el programa Básquetbol de primera de El Espectador Deportes.
“No sé si me llamó la atención. Sabía que fue un año difícil y que iban a hacer cambios, pero no sabía por dónde podían venir. Fue más por mi lado que otra cosa”, sostuvo, más allá de que “pensaba que iba a seguir” después de su diálogo con el flamante entrenador mirasol, Leandro García Morales, quien pretendía contar con él.
“Hablé con Leandro y me quería, pero fue un tema más dirigencial. Fue un contacto para ver cuál era mi idea y le comenté que tenía contrato y mi intención era seguir para una revancha. Le dije que me ilusionaba que él estuviera como entrenador principal porque en el poco tiempo que él estuvo de asistente me nutrió mucho y seguí aprendiendo”, contó.
Luego, su representante le comunicó que no seguiría en Peñarol, que optó por ejecutar una cláusula de rescisión unilateral de cara al segundo año de contrato. Nadie del club lo llamó para darle una explicación, pero no le “cae ni bien ni mal”. “No le pongo mucha energía a eso. Si era lo mejor para Peñarol, bien. Yo seguí mi camino”, contó.
“No hay tolerancia a una mala noche”
Parodi aclaró, ante versiones de prensa, que no le ofrecieron un salario menor al que percibía, pero no lo hubiera aceptado. “No se me planteó esa posibilidad. Ellos ya tenían tomada la decisión y después salimos. Tampoco iba a estar de acuerdo, porque si salíamos campeones y yo era el MVP, no me iban a pagar más el año siguiente”, argumentó.
Reconoció que le costó el paso de Hebraica y Macabi a Peñarol, sobre todo por aspectos del “día a día” y extrabasquetbolísticos. “Lo que más se siente en el día a día es tener que estar constantemente rindiendo y dejando a la institución en lo más alto, que es lo que siempre buscamos cuando estamos en un club”, expresó.
“El tema es que ahí se agranda más. Si jugás bien hay muchas personas que te quieren dar una palmadita en la espalda, y si jugás mal, todo lo contrario. En otros clubes hay más paciencia y uno trabaja de otra manera en el día a día. Yo venía de otro ámbito y para mí era estar todo el tiempo adaptándome a situaciones que nunca había vivido. No hay tolerancia a una mala noche. Eso no lo había vivido en otro club. Presión tengo siempre porque la presión me la impongo yo, que soy el primero en exigirme”, puntualizó.
El cruce con Víctor Rudd en una práctica
Cuando se le preguntó si tuvo “lío con Víctor Rudd” en un entrenamiento, como trascendió, fue claro al responder que “si”. “Nos enojamos en una práctica por una situación de juego que no estaba fluyendo. Hubo un cruce ahí”, dijo, y agregó: “comí”.
“Yo no soy ningún santo y a veces me salta un poco la cadena. Capaz que le hablé en otro tono, o de más, y quedé cara a cara. No fue un guante, pero medio como un empujón”, explicó, y dijo haber gestionado la situación “desde lo profesional, tratando de seguir rindiendo, dando lo mejor para el equipo y buscando la mejor versión de uno a pesar de esas cosas”.
Contó que con Rudd no se reconstruyó la relación a nivel personal, y que sabía de su fama de jugador problemático. “Acá los jugadores nos conocemos todos. En el ambiente se hablaba de que es un jugador talentoso pero hay que saber llevarlo en el día a día. Y es tal cual”, dijo.
“Tampoco es nada grave. Estas cosas se dan en los planteles. Me tocó vivir eso, pero si hablás con cualquier jugador suele haber esas tensiones en las temporadas, y más en equipos que buscan cosas importantes. Tampoco hay que dramatizar ni quiero ponerme en el papel de víctima”, puntualizó.
Reconoció que no estaba cómodo jugando con Rudd y Sean Armand, porque “no había química de equipo ni fluidez de juego”, y “eso se ve en la cancha”. “Sí había compromiso colectivo e intentamos hacer bien las cosas, pero en esos casos puntuales yo no sentía que hubiera una asociación que, cuando se da en el básquet, disfrutás jugar”, expresó.
La decisión de ir a Nacional “100% convencido”
Parodi hizo público que recibió propuestas de Defensor Sporting y Urunday Universitario, pero “lo de Nacional fue un combo”. “Había una oferta, el equipo prácticamente sigue igual, va a tener competencia internacional y va a pelear por un bicampeonato. En las charlas con el presidente y el técnico realmente sentí que querían que fuera parte del proyecto”, argumentó.
“Evalué ofertas concretas de Brasil, que por suerte siempre están, pero también estaba el tema personal. Yo quería estar un poco más tranquilo y cerca de mi familia y amigos”, explicó Parodi, quien tras llevarse una grata imagen del presidente del básquet tricolor, Luis Gallo López, terminó de convencerse al hablar “de lo basquetbolístico” con Álvaro Ponce, el director técnico.
“Estoy 100% convencido de dar el paso y contento por la situación. Está la parte mediática de pasar de Peñarol a Nacional, pero es lo menos importante para mí. No es lo que más me mueve”, dijo, y aclaró que el fútbol le mueve “más o menos”. “Soy simpatizante [de Nacional], pero no me mueve el fútbol. Si me invitan puedo ir. De la alineación no puedo decir ni tres jugadores. Me interesa cuando juega la selección o cuando hay algún partido lindo para ver”, concluyó.
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