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Faltando ocho días para el debut de Uruguay en Catar 2022, el repaso de quiénes utilizaron ciertas camisetas celestes en Copas del Mundo llega al 8, un dorsal que nadie repitió desde que, en 1950, se implementaron por primera vez los números para identificar a los futbolistas.

En 1950 lo lució Julio Pérez, quien jugó todos los partidos cuando Uruguay se coronó campeón en Brasil y además anotó en el 8-0 del estreno frente a Bolivia. Tenía 24 años y dos semanas después del Maracanazo debutó en Nacional, club al que llegó desde River Plate.

Hohberg y un gol para la historia

Cuatro años después, en Suiza, fue el turno de Juan Eduardo Hohberg, argentino de nacimiento y uruguayo por adopción. Tenía 24 años y fue suplente de Omar Míguez en los primeros tres encuentros, hasta que los dirigentes resolvieron separar al Cotorra del plantel y el cordobés tuvo su chance.

Hohberg marcó un doblete para forzar el alargue en la semifinal ante Hungría, partido que Uruguay perdía 2-0 y que acabó con derrota 4-2. Aquel 30 de junio, el argentino sufrió un paro cardíaco en pleno partido tras anotar su segundo tanto en el minuto 86, pero recibió reanimación y siguió jugando. No había cambios de futbolistas durante los encuentros en aquel entonces.

El cordobés se despidió de los mundiales anotando el gol uruguayo en el partido por el tercer puesto, que fue derrota 3-1 a manos de Austria. Aquella conquista, que sirvió para el 1-1 parcial en el minuto 22, fue la última de un jugador celeste vistiendo la casaca 8.

Cortés, Urruzmendi y Rocha

En 1962, el dueño de la casaca 8 fue Julio César Cortés. El Pocho, como lo apodaban, tenía 21 años y jugaba en Gimnasia y Esgrima La Plata. En el primero de sus tres mundiales disputó apenas un partido, que fue derrota 2-1 a manos de la URSS en el cierre de una floja participación celeste en Chile.

En 1966 repitió el Pocho Cortés en el plantel pero el 8 fue para José Pepe Urruzmendi, un puntero de 21 años que defendía a Nacional y que no ingresó en ninguno de los cuatro partidos disputados en Inglaterra. Si bien en 1967 fue pieza importante en la selección que conquistó la Copa América en Montevideo, no volvió a ser citado para una Copa del Mundo.

En 1970, el número 8 estuvo unos pocos minutos en la espalda de Pedro Virgilio Rocha, quien usó el 10 en sus otros tres mundiales: 1962, 66 y 74. El que era su número habitual en Peñarol no le dio suerte con la Celeste al salteño que por entonces tenía 27 años, ya que se lesionó en el debut ante Israel y no volvió a jugar. Semanas después fue transferido al San Pablo.

Espárrago, el Chifle Barrios y Ostolaza

En 1974 le tocó la 8 a Víctor Espárrago, quien venía de utilizar la 9 en México 1970. El volante que por entonces tenía 25 años jugó los tres partidos de la Celeste, que tuvo una flojísima performance en Alemania. El equipo dirigido por Roberto Porta cayó 2-0 con Países Bajos y 3-0 con Suecia, y empató 1-1 con Bulgaria.

Tras 12 años de ausencia, Uruguay volvió a la Copa del Mundo en 1986 y la 8 fue para Jorge Barrios. El Chifle, un símbolo de Wanderers que por entonces defendía al Olympiacos de Grecia, llegó al Mundial de México con 25 años y jugó tres de los cuatro partidos, siendo capitán en los tres. Estuvo en el 1-1 con Alemania Federal, en el 0-0 ante Escocia y en la derrota 1-0 a manos de Argentina, pero se salvó del 1-6 a manos de Dinamarca.

En 1990 la 8 también fue para un volante de marca. Santiago Ostolaza no estuvo en el debut ante España (0-0), pero luego fue titular y siempre salió reemplazado. El Vasco, que tenía 27 años y era jugador del Cruz Azul, disputó 56 minutos en el 1-3 ante Bélgica, 45 en el 1-0 sobre Corea del Sur y 79 en la eliminación a manos de Italia (0-2).

Varela, Eguren, Abel Hernández y Nández

En 2002, la 8 le tocó a Gustavo Varela, quien disputó todos los minutos posibles. El volante formado en Nacional tenía 24 años y llegó al certamen en Corea del Sur y Japón como futbolista tricolor, pero pocos días después recaló en el Schalke 04 de la Bundesliga alemana. No anotó ni fue amonestado en el 1-2 con Dinamarca, en el 0-0 con Francia ni en el 3-3 frente a Senegal.

En Sudáfrica 2010 le tocó llevar la número 8 a Sebastián Eguren, quien en su única Copa del Mundo pudo jugar apenas tres minutos en el estreno. El entonces jugador del AIK sueco tenía 29 años y sustituyó a Diego Pérez en el 0-0 ante Francia.

Cuatro años después, en Brasil, Abel Hernández llevó el 8 tras sus buenas actuaciones en el Palermo de Italia. Con 23 años y en su única participación mundialista, el atacante pandense sustituyó a Cristian Rodríguez a los 76 minutos del debut con derrota 3-1 ante Costa Rica y entró por Álvaro González en el último partido, que terminó 0-2 frente a Colombia por octavos de final.

El último 8 celeste en Copas del Mundo fue Nahitan Nández, quien fue titular en cuatro de los cinco partidos jugados por Uruguay en Rusia y entró en el restante. El fernandino que tenía 22 años y era jugador de Boca Juniors disputó 58 minutos en el 1-0 sobre Egipto, ocho en el 1-0 ante Egipto, 73 en el 3-0 a Rusia, 81 en el 2-1 contra Portugal y 73 en el 2-0 sufrido con Francia.

En Catar 2022, como en las últimas seis Copas del Mundo disputadas por Uruguay, la 8 le tocará a otro debutante. Facundo Pellistri fue el elegido por Diego Alonso y procurará cortar una sequía de 68 años sin goles del 8 celeste en un Mundial.