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Contenido creado por Paula Barquet
Zona franca
Foto: Cinemateca
OPINIÓN | Zona franca

Un año en la vida de la marmota uruguaya

Las noticias absurdas son las que más interés generan en el público.

Por Fernando Butazzoni

17.01.2025 11:02

Lectura: 4'

2025-01-17T11:02:00-03:00
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Empieza el año. Un año más o un año menos, depende cómo se mire. Todo es diferente y sin embargo todo parece ser igual, casi idéntico. A veces me siento como el protagonista de la película El día de la marmota, solo que aquí los cadáveres siguen floreciendo en la periferia del área metropolitana y también en algunas ciudades del interior que hasta hace poco se jactaban de estar libres de esa plaga. Los motociclistas siguen muriendo como moscas, y en Punta del Este la principal atracción veraniega de este año es un muchacho proclive al escandalete mediático.

Las noticias absurdas son, por lejos, las que más interés generan en el público, quizá porque la humanidad ya rompió la barrera del sentido común. Es como si todos estuviéramos de acuerdo en que cualquier cosa puede pasar en cualquier parte sin que se mueva la hoja de un árbol. Una especie de efecto mariposa pero al revés. Los Ángeles en llamas: no pasa nada. Trump afilando sus dientes para quedarse con Groenlandia: no pasa nada. Milei desmontando el Estado argentino: no pasa nada. Nosotros ni pestañeamos.

También hay noticias absurdas en el ámbito doméstico, donde ocurren cosas muy graves pero tendemos a simular que tampoco pasa nada: un futuro ministro acusado de pre nepotismo con una pareja fantasmal, un exdiputado que llama a la población a “armarse hasta los dientes” por si acaso, un nieto pasado de rosca que termina procesado por denuncias de su abuelo ante la mirada estupefacta de su padre, quien es un general paracaidista. Y un gigantesco cartel en una colina minuana, igualito al de Los Ángeles, que por cierto no dirá Hollywood sino Minas.

La decisión del doctor Mario García, intendente de Lavalleja, de colocar un cartel gigante con la palabra “Minas” a la entrada de esa ciudad, parece más propia de una comedia a la italiana que de un gobierno departamental uruguayo. Para ello, il dottore García destinó unos 600 mil dólares, cifra no menor si se compara con el presupuesto general de la intendencia.

Los detractores de la iniciativa han argumentado que el referido cartel además de costar un dineral no cumplirá ninguna función específica, ya que todo quien vea el cartel sabrá desde antes que está en la ciudad de Minas. No hay como confundirse. Es decir: se trata de una redundancia señalética de unos 600 mil dólares.

Por el contrario, los que apoyan el proyecto (que ya ha comenzado a ejecutarse), aseguran que será un atractivo turístico para “uno de los barrios más carenciados de la ciudad”, y que Lavalleja merece tener una especie de monumento de semejante calado. Lo difícil de entender es cómo un cartel de tales dimensiones podrá ser apreciado en el propio sitio donde está emplazado. Es como querer observar la torre Eiffel instalado en una de sus patas. Una perspectiva curiosa.

Por cierto que el barrio podrá estar orgulloso de semejante obra, pero no parece que acabe por ser algo “dinamizador” y “redituable” para los vecinos. Debe admitirse que el cartel tiene, desde el pique, sus ínfulas: será más grande que el de Hollywood, y estará ubicado en el cerro de los Chivos, en un barrio llamado La Coronilla. Las letras todavía no están, pero ya comenzaron las obras de infraestructura en caminería, acondicionamiento del terreno y limpieza de la zona.

Como frutilla de esa torta serrana hay que decir que el intendente García deberá comparecer en las urnas en mayo próximo, y ahí ver si la ciudadanía le renueva la confianza o decide cambiar de gobernante. Para ese entonces el cartel gigante ya estará erguido, erecto con orgullo en el cerro de los Chivos. O sea que si hay un cambio de gobierno, quien asuma la jefatura de la intendencia deberá observar durante cinco años esas cinco letras blancas, gruesas, se supone que resistentes a las tempestades y a los vándalos.

Un último absurdo, inquietante y para nada gracioso, tiene que ver con las predicciones de una nueva posible sequía sobre nuestro levemente ondulado territorio nacional. Más en el oeste que en el este, más en el norte que en el sur, pero sequía al fin. Estamos igual que hace dos años. Casupá no existe todavía. El proyecto Neptuno va y viene, amaga, lo cuestionan, que sí que no, casi como si fuera el cartel del intendente García.

Lo del principio: otro año, el mismo año, la vida de la marmota uruguaya.

Por Fernando Butazzoni