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OPINIÓN | Innovación y otras yerbas

El estado del arte de la robótica humanoide: ¿revolución o exageración?

Los avances han alimentado la expectativa, pero lo cierto es que aún existen limitaciones importantes.

Por Fernando Brum

24.01.2025 14:01

Lectura: 4'

2025-01-24T14:01:00-03:00
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Hasta hace poco los robots con forma humana eran parte de la ciencia ficción; a veces en serio, a veces en broma con la forma de Robotina, de los Supersónicos.

Veamos qué dice la exageración, el “hype”. Los avances han permitido a los robots:

Interactuar de manera más natural: los robots humanoides actuales pueden reconocer rostros, comprender el lenguaje natural y responder de manera coherente, lo que facilita la interacción humano-robot.

Realizar tareas complejas: desde ensamblar piezas pequeñas hasta brindar atención al cliente, los robots humanoides están demostrando capacidades cada vez más sofisticadas.

Expresar emociones: algunos robots humanoides están equipados con mecanismos que les permiten simular expresiones faciales y gestos, lo que los hace parecer más humanos y empáticos.

Esta combinación de factores ha generado un gran entusiasmo en torno a los robots humanoides, alimentando la expectativa de una revolución tecnológica inminente.

La realidad dice que existen limitaciones importantes, tales como:

Costo: desarrollar y fabricar un robot humanoide de alta calidad es un proceso costoso y complejo, lo que limita su accesibilidad.

Autonomía: los robots han mejorado, pero aún dependen en gran medida de la programación y la supervisión.

Inteligencia: la inteligencia artificial de los robots humanoides, aunque avanzada, aún está lejos de aproximarse a la inteligencia humana. Hay buenos resultados en entornos muy específicos y controlados.

Ética: como en todas las áreas de la IA, los temas éticos distan mucho de estar resueltos.

Las empresas líderes

Boston Dynamics es la más conocida; probablemente hayas visto videos bastante impresionantes de su perro, y de Atlas trabajando. Atlas puede correr, saltar, y también levantarse después de una caída.

Optimus Gen 2, de Tesla, apunta a ser un robot humanoide, diseñado para realizar tareas repetitivas y peligrosas en fábricas y hogares. La visión de Tesla es que, en el futuro, Optimus sea un producto de venta masiva. Pero por ahora se trata de utilizarlo en la fabricación de autos.

UBTECH Robotics presentó a Walker S1, especializado en ambientes industriales. UBTECH es el competidor chino más importante. China cuenta con varias empresas que se especializan en diferentes áreas de la robótica y esta es referente en robots industriales.

Los tres comparten varias características: Atlas, Optimus y Walker son bípedos, aunque existen modelos con ruedas u orugas. Los tres tienen brazos y manos de gran precisión, así como sistemas de visión muy sofisticados.

Hay mucho para mejorar en el soporte de IA, y la interacción con humanos vía lenguaje, gestos y expresiones faciales.

Los dos principales desafíos actuales, más allá de las capacidades en IA, son el costo y —como siempre— las baterías.

En ningún caso existen “precios al público”: estos dependen de la configuración, el entorno en el que operarán y el tamaño de la orden de compra.

Atlas está más orientado a la investigación; es el que incluye tecnología más sofisticada y el más caro. Optimus es por el momento un proyecto, aunque la visión es que sea un producto más o menos accesible, tal vez menos sofisticado que Atlas. Walker, el robot chino, ya es una realidad que opera en ambientes industriales. Está especialmente orientado a tares de cierto nivel de riesgo.

China posee varias ventajas que le permiten lograr costos más competitivos:

Una cadena de suministro robusta y madura, que permite reducir los costos de producción al optimizar la logística y los procesos de adquisición.

La mano de obra en China es abundante y cada vez más calificada en áreas relacionadas con la manufactura y la ingeniería. El gran mercado interno permite aprovechar las economías de escala, lo que les permite reducir los costos unitarios de producción.

Tanto las empresas chinas como las norteamericanas tienen apoyos estatales importantes en el marco de una competencia cada vez más fuerte. También ambos países cuentan con infraestructuras industriales avanzadas.

Hoy China ofrece robots humanoides a un costo más competitivo, Boston Dynamics no está en esa carrera por la masificación y Optimus de Tesla es por el momento un complemento a la fabricación interna de autos y no un producto masivo.

Por el momento habrá que seguir esperando a Robotina y confiar en el Roomba para pasar la aspiradora.

Por Fernando Brum