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Contenido creado por Paula Barquet
El negocio en busca de sentido
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OPINIÓN | El negocio en busca de sentido

Capitalismo: ¿fuente de prosperidad o amenaza para el planeta y la sociedad?

En “Reimaginando el capitalismo en un mundo en llamas”, Rebecca Henderson nos desafía a salir de la dicotomía y tomar medidas audaces.

Por Teresa Cometto
teresa.cometto29@gmail.com

12.04.2024 13:01

Lectura: 4'

2024-04-12T13:01:00-03:00
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El debate sobre el papel del capitalismo en el mundo contemporáneo, planteado por Rebecca Henderson en su libro Reimagining Capitalism in a World on Fire (2020), es más relevante que nunca. La autora, una experta en gestión y sostenibilidad empresarial, ofrece una visión provocativa sobre los desafíos actuales y propone soluciones para abordarlos.

Henderson identifica las deficiencias fundamentales del capitalismo actual, señalando cómo la búsqueda desenfrenada de ganancias a corto plazo ha conducido a consecuencias negativas, desde la degradación ambiental hasta la creciente desigualdad social. Sin embargo, sostiene que el capitalismo tiene el potencial de ser una fuerza para el bien si se reforma significativamente.

El libro plantea la pregunta fundamental: ¿es el capitalismo una fuente de prosperidad o una amenaza para el planeta y la sociedad? Esta dicotomía subraya la necesidad de reinventar este sistema económico.

Sabemos qué debemos hacer. Los 17 objetivos de desarrollo sostenible plantean un mapa claro para la construcción de un mundo sostenible que es compartido por la comunidad empresarial. La pregunta es cómo hacerlo. Las empresas pueden hacer una enorme diferencia en este sentido: tienen el alcance, los recursos y las habilidades. Ellas pueden abordar problemas tales como cambio climático e inequidades, pero necesariamente requieren la ayuda del Estado para reconstruir el equilibrio del mercado y las instituciones.

Para abordar esta cuestión, Henderson propone cinco piezas clave para reimaginar el capitalismo.

La primera pieza es crear valor compartido. Esto significa abrazar la idea que mientras las empresas deben ser rentables para prosperar, este no puede ser su único sentido, sino también construir valor en el contexto de un planeta habitable y una sociedad saludable. Significa desarrollar un negocio rentable haciendo lo correcto y al mismo tiempo reduciendo costos e incrementando la demanda genuina.

Pero esto no es suficiente. La segunda pieza es construir una organización impulsada por un propósito. Se puede dirigir una compañía como si las personas fueran objetos o tratarlas con dignidad y respeto, facultándolas de recursos para que puedan contribuir y ser parte del crecimiento. Algunos pueden pensar que esta última es más costosa, pero no necesariamente. Porque esto puede ir unido a mayor innovación y productividad. Las empresas que se conducen impulsadas por un sentido están mejor equipadas para manejar los cambios asociados a este capitalismo reinventado.

La tercera pieza es el “recableado financiero”. Si los inversores solamente persiguen maximizar sus propios retornos y se enfocan en el corto plazo y en lo que es fácil de medir, las empresas serán reticentes a tomar riesgos inherentes al valor compartido y a la organización impulsada por propósito. Por el contrario, si tal como se está dando, los inversores se comprometen a apoyar empresas que buscan hacer lo correcto, entonces las métricas deben capturar costos y beneficios de abordar problemas ambientales y sociales para crear valor compartido. Las métricas ESG —environmental, social y governance— son una respuesta a este desafío.

La cuarta pieza es construir cooperación. Las corporaciones pueden pensarse como comunidades cooperativas, donde muchas personas trabajan juntas hacia un objetivo compartido. El término técnico auto-regulación puede ser muy potente. Compromete a las empresas entre sí y con el Estado en la búsqueda de soluciones a problemas comunes, a menudo prototipos que prueban ser modelos de prácticas subsecuentes. Esto implica un cambio en la forma en que se toman las decisiones empresariales y en cómo se define el éxito corporativo: priorizar no solo los beneficios financieros, sino también el bienestar de todas las partes afectadas por las actividades de la empresa.

La última pieza tiene que ver con las instituciones y el Estado. Muchos problemas no pueden ser solucionados sin su participación activa. Esto incluye la implementación de políticas que fomenten la inversión en tecnologías limpias, la protección de los derechos laborales y la promoción de la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos.

"Reimagining Capitalism in a World on Fire" nos desafía a tomar medidas audaces y colaborar de manera efectiva para construir un futuro más justo, próspero y sostenible. Tanto las empresas como los responsables políticos y la sociedad en su conjunto tenemos un papel vital que desempeñar en la construcción de un mundo mejor para las generaciones futuras.

Por Teresa Cometto
teresa.cometto29@gmail.com