Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

Xenófobos

Xenófobos

07.07.2010

Lectura: 3'

2010-07-07T09:51:29-03:00
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Parece poco comprensible que la euforia de los uruguayos ante el extraordinario desempeño de la selección haya derivado en una ola de xenofobia. No se puede interpretar de otra forma la andanada de mails, mensajes de texto y comentarios de Facebook en los que miles de compatriotas se burlaron de los argentinos en general y de Diego Armando Maradona en particular.

La rivalidad entre vecinos en tan vieja como la humanidad y no necesariamente deriva en xenofobia. Particularmente en el Río de la Plata, se remonta a la formación de nuestros puertos y parece destinada a permanecer algún tiempo más. Llevada al terreno futbolístico, la rivalidad entre argentinos y uruguayos se origina en los albores del fútbol internacional (se lo conoce como el clásico más viejo del mundo) y tuvo su momento de mayor virulencia cuando Uruguay impuso su predominio de una década entre los años 20 y 30 del siglo pasado. Pero una cosa es la rivalidad de los vecinos y otra el cultivo del resentimiento y las manifestaciones de desprecio colectivo, dispensado a un contrario que ni siquiera debimos enfrentar en la cancha.

Como en toda conducta xenofóbica o racista, el antiargentinismo se fundamenta el prejuicios y generalizaciones, más que en cuestiones objetivas y mesurables. En los últimos días, la perversión incluyó una cita fuera de contexto del director técnico argentino, a quien se le atribuye haberse referido con desprecio a la presencia de Uruguay en las instancias finales del Mundial. Cuando se va a lo que de verdad dijo, lo que encontramos es lo inverso: ante la crítica de los periodistas argentinos, el técnico puso como ejemplo de sus méritos haber clasificado a su selección cuando rivales como Uruguay no lo habían logrado.

El procedimiento podemos rastrearlo en cualquier tipo de conductas xenofóbicas, ya se trate de colectivos nacionales, raciales o de género. Siempre hay un par de casos que justificarían la generalización y el desprecio en almas propensas a vengar su propia inseguridad o pequeñez con la malevolencia ajena.

Detrás del odiado Maradona aparecen otros fetiches del desprecio antiargentino, como Tinelli, los Kirchner o los piqueteros de Gualeguaychú. Como si hubieran nacido en un país diferente al de la "brujita" Verón, Estela de Car-lotto, Luis Alberto Spinetta, Norma Aleandro, Marcos Aguinis o Les Luthiers, personalidades admirables por su arte o su testimonio de vida. Como si este Maradona no fuera la misma persona que vino a jugar gratuitamente en solidaridad con la fundación Alejandra Forlán. Como si no fueran argentinos los responsables de haber empujado a su hermano hacia la cumbre del fútbol mundial, después de que sus propios compatriotas lo despreciaran.

Pero hay algo todavía peor que soslayan los odiadores y es que en el país de los argentinos viven cientos de miles de uruguayos, que encontraron en esas tierras las posibilidades de desarrollo que no tuvieron en su pago natal. Una tierra y un pueblo que los trata como a compatriotas, mientras se preparan para alentar a "la celeste".

Que en esta hora de triunfos la euforia no nos vuelva mezquinos y desagradecidos. ¡Y vamos Uruguay!