Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

Volante

Volante

30.11.2011

Lectura: 3'

2011-11-30T08:28:33-03:00
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Y sí, el Presidente Mujica es un tipo imprevisible e inoportuno, pero a veces le pegan de gusto. El escandalete que generaron sus declaraciones contra la violencia de género, por ejemplo, son propias de la visión feminista estrecha y generacional, por no decir vieja.

Una lectura superficial nos llevaría a suponer que detrás de la advertencia de Mujica subyace una visión de la pareja equiparable a una transacción comercial o un vínculo de posesión, y por eso asimilaría la ruptura con la sensación atávica del varón de que "perdió". Nada más alejado de la sabiduría convencional, que el Presidente parece interpretar de modo sutil, aunque con lenguaje orillero.

Para el varón, "ganar" no significa apropiarse de la mujer cortejada. Si así fuera, el éxito en el empeño sería celebrado con un "me la gané". En cambio, se dice "gané" porque el triunfo no está referido a la mujer como trofeo, sino a la situación. Al menos para los tímidos, el sentimiento es de ganarle a una situación siempre agónica y estresante en la que nos coloca el machismo, obligados a cortejar y proponer. Viendo cómo cambian los comportamientos amorosos y cómo se mantiene este antiguo ritual, algo me dice que lo de la iniciativa masculina va más allá de la cultura para inscribirse en los misterios de la genética, pero como fuere, mientras debamos tomar la iniciativa, estaremos expuestos a la sensación de "ganar" o "perder".

Alguien podría preguntarle al Presidente por qué no se limitó a repartir volantes sin introducir elementos controversiales, o reprocharle su referencia a una matriz de apareamiento que no explica toda la violencia de género y ni siquiera la mayor parte. Es que Mujica es así, complicado e inoportuno y si actuara de otra manera, no sería Mujica o no estaría donde está.

Más difícil es entender que ventile a través de la prensa su decisión de redireccionar la rebaja del IVA, luego de meses de trabajo de sus compañeros y un par de días después que el vicepresidente Astori ratificara que un proyecto en ese sentido estaba a consideración de la Presidencia.

Para Mujica, la rebaja impositiva debe focalizarse en beneficio del 30 por ciento de los uruguayos y las uruguayas más pobres, una noble causa que no por eso deja de traicionar el compromiso electoral del Frente Amplio, destinado a mitigar los efectos políticos del IRPF, que castigó principalmente a los asalariados de ingresos medios y altos. Además del costo político, el oficialismo enfrenta al menos otros dos problemas. Uno es la diferencia persistente en materia de política económica entre los dos equipos de gobierno, el que integran Astori, Lorenzo y Vergara (entre otros jerarcas) y el que lidera el Presidente Mujica, secundado por el equipo de la OPP. El otro, más delicado y menos explicable, es el desaire permanente al que están expuestos los miembros del gabinete y del oficialismo, incluyendo ahora a los integrantes del MPP, con el estilo de gobernar, mediático y extemporáneo, del Presidente de la República.

Es que Mujica es un tipo imprevisible e inoportuno, pero a veces le pegan de gusto.