Contenido creado por Inés Nogueiras
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Los ecos de la tragedia y la posterior revuelta en Santa Catalina apenas se acallaron. El trasfondo de exclusión, violencia, anomia y oportunismo debería mover a la reflexión al sistema político antes que las tentaciones propias del año electoral terminen por acallar también a la razón.

13.11.2013

Lectura: 3'

2013-11-13T08:01:00-03:00
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Un buen comienzo para eludir la vindicación y la facturación política es poner el acontecimiento en palabras.

El ejercicio que sigue debería ir más allá de la técnica periodística, para procurar al menos arrojar un poco de luz sobre el entorno social, institucional y aún político en el que viven miles de ciudadanos. Acá van algunos intentos.

1) Un joven trabajador fue asesinado en Santa Catalina por un agente de la Guardia Republicana que trabajaba en el esclarecimiento de una rapiña, lo que desató la ira de los vecinos.

2) Cientos de vecinos de Santa Catalina quemaron cubiertas e impidieron el acceso de la Policía y los Bomberos, que intentaban sofocar el incendio de un contenedor a manos de desconocidos, luego de que un joven fuera asesinado por un policía.

3) El barrio Santa Catalina quedó sin protección policial luego de que decenas de vecinos bloqueara el acceso al lugar con quemas de cubiertas y amenazara a la propietaria de un comercio asaltado por rapiñeros, indignados por la muerte de un adolescente a manos de un policía.

4) Un agente policial fue procesado con prisión como responsable del homicidio de un joven trabajador del barrio Santa Catalina, mientras trabajaba en el esclarecimiento de una rapiña.

5) Una comerciante del barrio Santa Catalina fue amenazada por desconocidos que le reprocharon haber denunciado a la policía haber sido víctima de una rapiña.

6) Vecinos Santa Catalina no quieren que la policía vuelva a ingresar al barrio, luego del homicidio de un adolescente y los malos tratos contra un grupo de jóvenes, protagonizados por agentes policiales.
7) Quema de cubiertas, cocteles molotov, enfrentamientos con la policía, amenazas a periodistas y el incendio de un contenedor que iba a servir de comisaría siguieron a la muerte de un joven trabajador a manos de un policía.

8) Una investigación policial encargada por el ministro del Interior determinó que el joven asesinado por un agente de la Guardia Republicana no inició el tiroteo ni estaba armado y que, además, se le plantó un arma, presuntamente por parte de otro efectivo policial.

9) Violencia policial, rapiñas, amenazas a comerciantes y periodistas, fabricación y lanzamiento de cócteles molotov y declaración de "zona liberada": muchos vecinos de Santa Catalina se preguntan quién manda en el barrio y quién se encargará de defenderlos y hacer cumplir la ley.

Cada lector puede elegir la versión que se ajuste mejor a sus puntos de vista. Todas son veraces (podría haber muchas más) y todas son falsas si se las toma de manera aislada. Lo que ocurrió la semana pasada en Santa Catalina comenzó mucho antes, tiene responsables múltiples y no es un asunto de naturaleza policial. Más que con la represión, debió llegarse a tiempo y eficazmente con las políticas sociales.