Contenido creado por Gerardo Carrasco
Cybertario

Vencedores

Vencedores

Sobre la polarización en los días previos al balotaje.

12.11.2014

Lectura: 3'

2014-11-12T09:20:00-03:00
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La referencia del obispo de Montevideo, Daniel Sturla, a la necesidad de vivir el proceso electoral con tolerancia y moderación no debería caer en saco roto. Sturla reconoció que el sistema político uruguayo exhibe, "con sus más y sus menos", un razonable espíritu de diálogo, pero alertó sobre la polarización en los días previos al balotaje. Además, el prelado puso en consideración cierta tendencia al agravio, la intolerancia y la crueldad, que se percibe en las redes sociales.

Existe cierta permisividad autoexculpatoria con lo que decimos en las redes. Algunos porque no dimensionan la implicancia de hacer oír su voz en un ámbito multitudinario, otros precisamente por lo contrario y otros, escondidos en las sombras del anonimato y la identidad falsa, porque carecen del sentido del límite que impone la ley moral.

La llegada de los equipos de marketing electoral a las redes, bien podría ser una oportunidad de mostrar un trabajo profesional, tanto en el contenido como el respeto a ciertas reglas éticas. De hecho, los perfiles oficiales de los partidos y candidatos pueden permitirse errores pero no horrores, aunque nunca sabremos si son también corresponsables de los cybermilitantes que alimentan cientos de trolls, desde donde llegan los comentarios más abyectos.

Las redes hacen posible que un gobernante, un diputado opositor, un politólogo, un votante anónimo y un calumniador impenitente, confluyan en la misma pantalla en la que miles de ciudadanos y ciudadanas, ansiosos de enterarse sobre el acontecer político para enriquecer y ponderar su decisión electoral. Suelen encontrar en cambio, al cabo de unos pocos tuits, una andanada de deshonestidad intelectual y calumnias. La idea de que existe una moral para la vida física y otra para la realidad virtual es éticamente indefendible.

Pero Sturla también se refirió a otra contingencia electoral: al final del día, habrá vencedores y vencidos. A poco que se analice esta falsa antinomia, se comprenderá que en una sociedad democrática, aquel a quien podemos señalar como "el otro", es uno mismo, sólo que con diferentes ideas y concepciones de la vida. El obispo rechaza con perspicacia "esa vaga tolerancia que pretende que todas las ideas valen igual". En efecto, las ideas que se consideran perniciosas hay que combatirlas con ideas mejores, pero a las personas que las defienden, hay que tratarlas como a iguales, tanto porque comparten idénticos derechos y obligaciones, como por lo que tienen de esencialmente iguales: ser hijos e hijas del mismo creador.

"Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso y tratar a esos dos impostores de la misma manera... tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella, y lo que es más: ¡serás un Hombre!". A la máxima de Rudyard Kipling, le agrega Sturla la prueba de la magnanimidad, cualidad que adorna a los vencedores que sortearon la impostura. Para tales espíritus, ser tolerante es casi un agravio. Suelen ser capaces de aceptar al diferente y respetar al derrotado. Después de todo, quizás mañana sea quien los vaya a vencer.