Contenido creado por Gastón Fernández Castro
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Una semana muy cargada

Una semana muy cargada

03.08.2010

Lectura: 5'

2010-08-03T10:19:38-03:00
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La semana pasada fue muy densa en acontecimientos. Algunos muy positivos y otros dolorosos. Se llegó a un acuerdo luego de muchos años de conflicto y de largas negociaciones entre Argentina y Uruguay sobre el control ambiental del río Uruguay, se reunieron nuevamente los presidente Lula y Mujica. En un accidente aéreo murió el abogado Daniel Ferrere.

La muerte prematura, inesperada, accidental es materia muy complicada y dolorosa. Yo a Daniel Ferrere con el que compartí algunas Tertulias de radio El Espectador, lo recuerdo como una persona muy inteligente, valiente en la defensa de sus ideas, sin cálculos menores y circunstanciales en su juicios con los que en la mayoría de los casos yo no coincidía. Era un liberal en el sentido amplio y profundo de la palabra. Liberal en su pensamiento político y en sus ideas sobre la economía.

En los últimos meses se conocieron los encuentros y conversaciones entre el presidente Mujica y el Dr. Ferrere en particular sobre la reforma del Estado. En el Uruguay de hoy con una amplia circulación de ideas, opiniones sobre muy diversos temas no extrañó a nadie.

Precisamente por las grandes diferencias que tuve con Ferrere aprecié su inteligencia su respeto, la sobriedad y seriedad de sus argumentos. Era una mirada muy interesante sobre los problemas nacionales, un animador de debates serios y por ello mismo su muerte fue una pérdida importante para el país.

Mujica decidió jugar fuerte y cruzar el río para culminar las negociaciones con Cristina Fernández la presidenta argentina. Fue una jugada arriesgada. Salió muy bien. El acuerdo favorece en primer lugar a la tranquilidad y seguridad del monitoreo y control ambiental de uno de los principales ríos de ambos países. No nos perdamos en la maraña de pequeños rencores y cálculos, lo que importa es el medio ambiente, es la calidad del agua y del aire del río, lo demás es efímero lo otro es permanente y fundamental. Y el acuerdo es muy positivo y sólido como base de trabajo.

Es un muy buen acuerdo además porque ganamos los dos países y sus gentes. Los acuerdos que dejan heridas son siempre peligrosos. Y este acuerdo permite construir en una zona muy lastimada por las tensiones una nueva relación. Uruguay y Argentina tiene la enorme posibilidad de desarrollar cadenas productivas y proyectos conjuntos que den un fuerte impulso a nuestro desarrollo, comenzando por el sector forestal y de la celulosa y el papel, pero que se extiende a muchos otros sectores.

La hidrovía Paraguay – Paraná – Uruguay es la que tiene por delante la mayor perspectiva de crecimiento en el volumen de transporte fluvial del mundo. Cereales, minerales, combustibles y todo tipo de carga requieren de un plan estratégico de gran porte y generosidad por parte de los Estados y de las empresas que forman parte del sistema. No hay ninguna vía física que tenga mayor necesidad de un espíritu sólido de integración del Mercosur. Es una prueba de fuego y una enorme posibilidad de desarrollo.

En el actual mundo en reorganización productiva en los países del norte, esta región tendrá en ese eje una gran potencial de crecimiento, de modernización y de planificación estratégica con un intenso uso de tecnología.

Para eso se necesita buenas relaciones y espíritu de cooperación y no disputa a dentelladas entre algunos grupos acostumbrados a gobernar y a imponer sus intereses. En este sentido hay mucho, pero mucho camino por andar, por dragar, por asociar.

Dentro de un panorama positivo hay que mirar todos los matices y lo que se ve del lado argentino es la debilidad institucional, es la concentración del poder y eso a la hora de diversificar y hacer fluido el proceso de las decisiones puede hacer todo más difícil y lento. No podemos ni debemos influir en ese aspecto que compete integralmente a la Argentina. Nuestra cancillería que se ha movido con gran profesionalismo e inteligencia deberá extremar sus capacidades.

La reunión en Santa Ana do Livramento entre Mujica y Lula reafirmó las excelentes relaciones, y allí se dieron ulteriores pasos para la cooperación y el comercio y es otro gran frente de integración y de aprovechamiento de condiciones excelentes. No sólo por las buenas relaciones, sino por las enormes posibilidades.

Tenemos que analizar en Uruguay y con Brasil algunos aspectos estratégicos de fuerte impacto para la región y nuestro país: el campeonato mundial de fútbol, los juegos olímpicos de Río de Janeiro reclaman de parte de nuestro gobierno y de toda la sociedad uruguaya un análisis e iniciativas de todo tipo: turismo, inversiones, cooperación deportiva, comercio, etc etc. Son parte de nuestra realidad, o mejor dicho deberían serlo.

Pero hay además una realidad nueva que emerge de una tragedia que debemos analizar. El desastre ecológico en el Golfo de México ha cambiado radicalmente muchas cosas importantes. La explotación y las licencias para explotación de plataformas petroleras en el Golfo en Alaska se harán cada día más controladas y exigentes y eso aumenta de forma exponencial la importancia de los descubrimientos petroleros en la capa presal en las costas de Brasil.

Todos los analistas consideran que allí están situadas las mayores reservas de crudo del planeta disponibles. El reto tecnológico para perforar y explotar esas reservas a miles de metros de profundidad marítima y bajo miles de metros de material geológico son gigantescos. El ser humano ha crecido ante esos retos y el hambre de crudo determinará sin duda que Brasil – que ya está exportando petróleo - se convierta en uno de los principales jugadores a nivel mundial. El reto estratégico que representa para toda la región y para nuestro país en particular hay que estudiarlo, analizarlo, proyectarlo y sobre todo actuarlo.  Y lo que no nos sobra es tiempo.

Por eso nos auguramos nuevas semanas y meses de muy intenso trabajo.