Contenido creado por Manuel Serra
Rumiando la vida

Rumiando la vida

Una historia que reivindica la espontaneidad de los niños y la educación

El "Gordo" Verde cuenta cómo dos niños lo "interpelaron" con sus gestos: "Ellos nos recuerdan la importancia de los buenos modos".

22.01.2018 13:23

Lectura: 3'

2018-01-22T13:23:00-03:00
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¡No creo haber escuchado algo igual! Iria (mujer de 50años) se crió en campaña, en los pagos de Paysandú. Me contaba que a los 11 años, recibió un "reto injustificado" que hasta el día de hoy lo recuerda, con cierta picardía.

Parece que su tío la llevó de compras al pueblo y era la primera vez que entraba a una tienda de ropa. Justo detrás de la vidriera, había un maniquí disfrazado de gaucho, tomando mate. Fue tal su asombro y despiste, que frente a la duda; lo saludó cordialmente como a cualquier otro cristiano: "¡Buen día paisano!" -le dijo. Su tío, al ver la situación, sintió tanta "vergüenza ajena" que enseguida la llamó al orden: "¡Cállate gurisa! ¿No ves que es un muñeco?".

Iria nunca se olvidó de ese episodio, por lo tragicómico que resultó para ella.

Casi 40 años después lo comparte a las risas, entre amigos en la chacra "Pura Vida", pero debo admitir, que su relato me dejó rumiando y pensativo.

En lo personal, más que vergüenza, ¡siento admiración por la espontaneidad de los niños! Y más cuando son ellos mismos los que nos recuerdan la importancia de los buenos modos. Estoy convencido de que a la hora de tratar bien al otro, es mejor "fallar" por exceso, que por defecto. Por eso, comparto que el reto que recibió Iria, fue verdaderamente injustificado.

Sin ir más lejos, la semana pasada, fui a tomar un helado en el Este, con mi tocayo Juani (10años). Al terminarlo, se dirigió a la chica del mostrador y le dijo: "Si fueras tan amable, ¿no me convidarías con un vaso de agua?". La chica quedó como paralizada. Hizo un prolongado silencio que cortó diciendo: "Te doy todos los que quieras". Allí me miró y se disculpó por su demora: "Sabe que estoy terminando mi turno; y en todo el día, es la primera vez que alguien me hace un pedido con tanta gentileza..." Era un niño de 10 años, agradecido por el rico helado que se había tomado.

Tanto Iria como Juani, me interpelaron con sus gestos. Ocurre que muchas veces, venimos encerrados en nuestras preocupaciones, enfocados en nuestros deseos y necesidades. Y nos olvidamos de algo básico: saludar correctamente a la persona, al trabajador, al ser humano que tengo en frente.

Ojalá desde donde estemos, tengamos bien presente, este pequeño-gran detalle: todos merecemos que nos traten bien. Un buen desafío, es empezar nosotros mismos por tratar bien a los demás. De chico siempre se me recordó esta frase: "...lo cortés no quita lo valiente".

¡Que tengan una buena semana! Y a los queridos lectores de esta columna, les recuerdo la invitación para el próximo sábado 27, a las 19hs en la Aduana de Oribe: será el tradicional Rosario por las Familias. ¡Los esperamos! ¡Un fuerte abrazo!

Por Juan Andrés "El Gordo" Verde