Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

Turbio

Turbio

28.03.2012

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2012-03-28T07:58:21-03:00
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Los docentes de Secundaria de Montevideo decidieron cerrar los liceos de la capital por tres días. La razón de aplicar semejante medida a quince días de comenzados los cursos es la falta de condiciones edilicias adecuadas para impartir las clases en un puñado de liceos. Al presidente del Codicen, José Seoane, le llama la atención que una emergencia edilicia tal en determinados locales no haya sido advertida por los representantes sindicales en los ámbitos creados para resolverla.

También le sorprende que los profesores de Secundaria no sean sensibles a la enorme inversión que está haciendo la sociedad uruguaya en remodelar decenas de liceos de todo el país. Cuando se le pregunta al jerarca a qué atribuye él tal incoherencia contesta con un elegante “deberían preguntárselo a los dirigentes gremiales”. Pero de pronto, lo que parecía abstruso adquirió una luz inesperada.

Luego de tres meses a las trompadas con la sociedad, la dirigencia de Ades y su ínfimo núcleo militante encontraron una brecha en el muro. En efecto, el estado en el que se encontraban (y probablemente aún se encuentren) varios centros educativos al comienzo de las clases era inadecuado, tanto para docentes como para alumnos. Ades resolvió parar en aquellos liceos donde los docentes entendieran que las condiciones no alcanzaban el confort y la seguridad mínimos.
El reclamo de mejoras edilicias se expresó con paros y ocupaciones las que contaron, en algunos casos, con el natural apoyo de los alumnos y sus familiares. Mientras tanto, esperarían que las autoridades los convencieran de que había un cronograma de trabajo que resolviera el problema en un plazo razonable, o al menos conocido.

Como ese documento no contenía lo que los gremios de profesores esperaban, se resolvió extender doblemente la medida. Ahora serán todos los alumnos secundarios de Montevideo quienes padecerán en conjunto y por tres días la falta de clases, independientemente de las condiciones edilicias en las que se encuentren sus liceos. Ades pretende mitigar el daño infligiendo uno más grande y a un número mayor de damnificados. Es que de pronto, lo que parecía aislamiento se transformó en frente común y contraataque.

En rigor, los docentes volvieron a la carga contra los acuerdos multipartidarios en materia educativa, incluyendo la incipiente reforma de Pro-mejora, escudados en la lucha por mejoras edilicias. Al principio parecía plausible su preocupación por la falta de condiciones adecuadas y la pérdida de horas de clase, en un segmento de la juventud que sobrevive a todas las dificultades sin desertar. Pero detener tres días las clases en todos los liceos para protestar porque en un puñado no se pueden dar clases en las condiciones deseadas, es un verdadero contrasentido.

O la demostración de que los paros ocultaban apenas una intención ulterior: la  de socavar la unidad interpartidaria en materia educativa y la reputación de los jerarcas del Codicen y el Consejo de Secundaria, ya bastante deteriorada por sus méritos propios. De pronto, lo que parecía cristalino se volvió turbio.