Contenido creado por Inés Nogueiras
Cybertario

Tropezón

Tropezón

El contenido del spot televisivo a favor de votar el 23 de junio para que la ley que despenaliza el aborto sea sometida a referéndum despertó polémica.

19.06.2013

Lectura: 3'

2013-06-19T15:25:00-03:00
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En el tramo final de una campaña poco bullanguera, la pieza permitió a sus patrocinadores agitar las aguas de la opinión pública. En cambio, si buscaban convencer a los remolones (un público menos ideologizado y participativo) es probable que hayan logrado el efecto contrario.

Las acusaciones de manipulación y falsedad contra los argumentos esgrimidos en el spot sirvieron para instalar el tema en los medios pero no van a ayudar a que se acerque a las urnas un sector de la ciudadanía menos politizado. Si bien la historia de las campañas políticas es la historia de la manipulación y el subterfugio, en este caso los procedimientos parecen demasiado burdos.

Ya el comienzo es, por decir algo, poco feliz. Afirmar que el aborto fue legalizado por una mayoría de "un voto", es una forma de manipular la realidad o de degradar la democracia representativa. La mayoría parlamentaria es la expresión de la voluntad de al menos la mitad más uno de los legisladores. En rigor, cada voto en el senado representa unos setenta mil ciudadanos y en Diputados varía según el departamento pero nunca es menor a alguna decena de miles. En los hechos, si el domingo se reúne la adhesión del 25 por ciento más un voto, nadie podrá alegar que el resultado no es suficientemente legítimo.

"Queremos hacer oír nuestra voz para que la vigencia de la ley sea decidida por todos y todas", dice la arenga. Según sus promotores, lo que se busca no es "derogar ni mantener la ley" sino dar lugar a un recurso que permita "discutirla entre todos y habilitar un referéndum en octubre". ¿De quién se supone que es la voz de los legisladores? ¿No fue la ley suficientemente discutida? ¿Alguien puede asegurar que en una eventual campaña hacia el referéndum de octubre, los partidarios de una y otra alternativa aportarán ideas nuevas en lugar de las opiniones maximalistas y los golpes bajos a los que nos tienen acostumbrados?

Pero el segmento menos feliz del spot es el que le tocó a Mario Saralegui. "No dejes que otros decidan por vos", afirma el ex futbolista. Habría que explicarle a él y a los mentores de la campaña que de eso se trata la democracia representativa, sistema que rige nuestra república y sobre el que ya teorizaban Hobbes y Locke hace trescientos cincuenta años.

Quienes promueven la derogación de la ley deberían convencer al 46 por ciento de la población (que según la consultora Cifra está en contra de la despenalización del aborto) sobre la importancia de concurrir a las urnas el próximo domingo, en lugar de esconder su voluntad detrás de mensajes elusivos.

Es difícil entender cómo los partidarios de la defensa de la vida desde la concepción (argumento discutible pero fuerte y quizás decisivo para captar voluntades más allá de preferencias partidarias y aún religiosas) terminaron jugados a un spot tan pobre y tan torpemente manipulador.